Aunque los celos son normales y naturales en la conducta humana, existe un lado oscuro en este sentimiento.
En ocasiones los celos se vuelven enfermizos y patológicos y pueden conllevar trágicas consecuencias para ambos miembros de la pareja.
¿Cómo distinguir entre los celos normales y los celos patológicos?
Los celos normales
Consisten en una preocupación por la posible pérdida de la persona amada.
Cualquier persona normal puede sentirlos en un momento dado.
Se manifiestan como un malestar por la relación (real o imaginada) que la pareja tiene con otra persona.
Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie más.
Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros de la pareja.
Los celos patológicos
Se acompañan de:
intensos sentimientos de inseguridad.
auto-compasión.
hostilidad.
depresión.
estos sentimientos impiden que la persona que los padece reconozca, acepte, y crea en los valores del ser amado.
el celoso patológico se manifiesta con amargura y cinismo.
suelen acabar destruyendo la relación de pareja.
El perfil psicológico de la persona celosa
La persona se cree dueño de los sentimientos de su pareja.
Tiene una autoestima muy baja.
Sufre ataques de ira y siente pánico de ser abandonado.
Es muy inseguro, manifiesta una necesidad de cariño exagerada.
Demanda continuamente la aprobación de su pareja.
Manifiesta el deseo de ser amado incondicionalmente pero es incapaz de sacrificarse por el otro.
Aparece un "rival imaginario"
Cualquier modificación en el contexto de pareja (un cambio de look, una manifestación de cansancio o cancelar una cita) puede llegar a ser motivo para una reacción de celos, ya que en la mente se crea un rival imaginario.
El celoso puede llegar a acusar y a espiar, registrando la ropa y los artículos personales de su pareja en busca de evidencias que comprueben la infidelidad que sospecha.
Puede llegar a malinterpretar los actos de la pareja para justificar su sospecha.
Interrogatorio constantes y la comunicación se ve reducida exclusivamente a las preocupaciones y pensamientos del celoso, lo que provoca el deterioro de la relación.
Algunas recomendaciones
Identificar primero si realmente hay razones para sentir celos: en caso afirmativo lo mejor es hablarlo con la pareja.
Hacer un lista de las sospechas describiendo los fundamentos que se tiene para considerarlas válidas.
Reflexionar sobre las "pruebas" que piensa tener en su poder.
Evitar tomar decisiones precipitadas y emitir insultos que pueden dañar para siempre la relación: siempre es preferible proponer el diálogo.
No acorralear a la persona amada al intentar buscar evidencias.
Consultar con un profesional
Cuando estas medidas no dén resultado será necesario recurrir a un psquiatra o a un psicólogo.
Estos especialistas nos pueden proponer algunas terapias que incidan en nuestros pensamientos, sentimientos y conductas.
Nos pueden ayudar a razonar y a reflexionar objetivamente sobre la situación conflictiva.
Pueden devolvernos el bienestar y la estabilidad emocional salvando nuestra relación de pareja.
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