La otitis media aguda, de origen viral la mayoría de las veces, aparece a menudo durante una rinofaringitis y suele ser resolutiva.
La toma de antibióticos por parte de los niños una otitis media aguda es controversial.
La otitis media aguda provoca síntomas generales de aparición reciente con signos muy evocadores durante el examen otoscópico.
Síntomas generales
- La otitis media aguda provoca en los niños dolor de oído y en los bebés provoca llanto, insomnio e irritabilidad.
- Una disminución de la audición es un síntoma observado con frecuencia.
- La fiebre es un síntoma presente durante una otitis media aguda.
- Una infección bacteriana se presenta en aproximadamente 2 de cada 3 casos, pero en más del 80% de los casos, la cura es espontánea.
El examen otoscópico para la otitis media aguda congestiva y no purulenta permite visualizar una congestión benigna de los tímpanos sin derrames del oído medio.
Tímpanos congestivos sin abombamiento
Un niño de cualquier edad, que presenta tímpanos congestivos sin abombamiento durante una rinofaringitis inicial no debe ser tratado con antibióticos.
Persistencia de los síntomas
El niño debe ser revisado de nuevo si los síntomas persisten más allá del tercer día.
La otitis media aguda purulenta se define por la presencia de dolor de oído, acompañado por una disminución de la audición y aparición de fiebre. El examen otoscópico revela una inflamación del tímpano acompañada por un derrame del oído medio exteriorizado o no.
Antes de los 2 años de edad
- Un niño de menos de 2 años de edad que presenta dolores, fiebre y signos típicos de una otitis media aguda purulenta durante el examen otoscópico debe recibir un tratamiento antibiótico.
- El riesgo de complicaciones infecciosas graves es de hecho mayor a esta edad.
Después de los 2 años de edad
- Después de los 2 años de edad, la antibioterapia sistemática no es recomendada, excepto si lo dolor de oído es muy violento y es acompañado de una fiebre elevada.
- Se recomienda una nueva revisión médica del niño 2 a 3 días después para reevaluar la necesidad de prescribir un antibiótico además de un tratamiento sintomático (analgésico y antipirético).
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