Las personas pasan más del 80% del tiempo, 20 horas al día como mínimo en el caso de algunas personas, en lugares cerrados.
Los contaminantes que se encuentran dentro de una casa u oficina representan una verdadera amenaza para todos los que están en contacto con ellos.
Entre los contaminantes domésticos se incluyen el monóxido de nitrógeno y el dióxido de nitrógeno, emitidos por las cocinas de gas, los calentadores de agua, las estufas de gas, las chimeneas, el sistema de calefacción y el humo de tabaco; los compuestos orgánicos volátiles y el formaldehído emitido por los materiales de construcción, pinturas, barnices, pegamentos, vitrificadores, productos de mantenimiento y de limpieza, desodorantes, quitamanchas, insecticidas, velas perfumada y el dióxido de azufre SO2 que provienen de la combustión del carbón y del fuel.
Los contaminantes están presentes en las viviendas y oficinas en concentraciones 10 veces superiores a las del exterior.
Los compuestos orgánicos volátiles, COV son unas sustancias químicas que se volatilizan a la temperatura ambiente y pueden encontrarse durante años en las habitaciones u oficinas.
El 80 % de las habitaciones tienen un contenido de formaldehído de 5 a 50 veces superior al del exterior.