Millones de adultos pueden haber sido víctimas de maltrato o abuso sexual por algún familiar durante su infancia. Sin embargo, sólo unos miles de casos de violencia sexual al menor de edad son constatados cada año.
Más del 90 % de los casos de violación o maltrato sexual por el padre o algún familiar no son denunciados.
Varias manifestaciones médicas, generales y génito-anales pueden evocar un diagnóstico de maltrato o abuso sexual en el menor.
Una modificación del comportamiento, aunque no es específica al maltrato o abuso sexual, pero asociada a las manifestaciones génito-anales pueden evocar un abuso sexual.
Comportamientos anormales de los familiares, amigos o personas cercanas pueden también alertar y permitir ayudar a un niño o a un adolescente víctima de maltrato o abuso sexual.
Cuando el menor es acompañado a la consulta médica por uno de sus 2 padres, por ambos o por uno o más familiares cercanos, se recomienda prestar atención al comportamiento de los padres o de los familiares del menor víctima de maltrato o abuso sexual.
Es necesario observar cuidadosamente la actitud del adulto frente al menor y frente al profesional así como la actitud de los adultos entre ellos.
Es necesario contemplar que el adulto que acompaña al menor pueda ser el autor o el testigo pasivo del maltrato o abuso sexual.
Ciertos comportamientos de los padres o de los familiares frente a los profesionales de salud, de la policía o de los jueces pueden poner a veces sobre la pista del maltrato o abuso sexual: