Millones de adultos pueden haber sido víctimas de maltrato o abuso sexual por algún familiar durante su infancia. Sin embargo, sólo unos miles de casos de violencia sexual al menor de edad son constatados cada año.
Más del 90 % de los casos de violación o maltrato sexual por su padre o algún familiar no son denunciados.
Varias manifestaciones médicas, generales y génito-anales pueden evocar un diagnóstico de maltrato o abuso sexual en el menor.
Una modificación del comportamiento, aunque no es específica al maltrato o abuso sexual, pero asociada a las manifestaciones génito-anales pueden evocar un abuso sexual.
Modificaciones del comportamiento en el menor
- Un comportamiento sexual anormal en relación a la edad del niño o del adolescente por ejemplo el caso de un niño de 11 o 12 años de edad que ha sido abusado sexualmente.
- Un comportamiento de negativa y de oposición sistemática a comer, ver a un miembro de la familia, ir a la escuela o no ver más a un amigo o a un grupo de amigos.
- Un comportamiento de verse amenazado, fugas, faltas a la escuela.
- Episodios de miedo inexplicados, reacciones de sobresalto exagerado, una fobia a los contactos físicos...
Situaciones extremas en el adolescente
Es indispensable evocar el abuso sexual en un adolescente ante situaciones de alto riesgo:
- Tentativa de suicidio o de fuga.
- Adicciones precoces como el tabaquismo, el alcoholismo o la toxicomanía.
- Trastorno alimentario compulsivo: anorexia o bulimia.
- Actos de violencia hacia otros.
- Automutilaciones repetitivas: golpearse, hacer escarificaciones, rascarse hasta sangrar, cortarse, hacerse sangrar, etc.
- Medidas precoces de contracepción.
- Interrupción voluntaria de embarazo.
- Cambios frecuentes de parejas y actos de prostitución.
Embarazo precoz y negativa de embarazo
Hay que considerar siempre la posibilidad de un abuso sexual en casos de un embarazo precoz o una negativa de embarazo.
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Abuso sexual: manifestaciones evocadoras en un menor de edad