Una convulsión se presenta como espasmos involuntarios de un músculo, un grupo de músculos o el conjunto de músculos de todo el cuerpo. Las convulsiones pueden deberse a un trastorno neurológico que afecta a un área del cerebro o la médula espinal, también pueden ser de origen tóxico o síncope (molestias de origen cardíaco). Existen las convulsiones tónicas, donde los músculos se contraen fuertemente, y las convulsiones mioclónicas, responsables de las perturbaciones cortas y repetidas. Ambas presentaciones se pueden combinar en una sola crisis. La razón principal de la aparición de convulsiones en los infantes es la epilepsia. Los bebés también pueden tener convulsiones por la aparición repentina de fiebre elevada: son las llamadas convulsiones febriles que, normalmente, son inofensivas pero impresionan a los seres queridos.