Las convulsiones en el bebé no son necesariamente graves, pero los niños que realizan este tipo de manifestaciones de movimientos anormales, deben ser examinados. Las convulsiones pueden aparecer en un contexto de fiebre: son las llamadas convulsiones febriles. Aunque impresionan, no ocasionan ninguna secuela grave. Se manifiestan con espasmos involuntarios por contracciones de los músculos del bebe, con una pérdida de contacto durante la crisis que puede durar unos pocos segundos. Es posible la pérdida de consciencia al final de la convulsión. Es importante diferenciar una crisis convulsiva febril de una crisis convulsiva patológica, que nos puede hacer sospechar una epilepsia. Dependiendo del contexto se puede practicar un electroencefalograma, que registra la actividad eléctrica del cerebro del niño.