El ácido láctico permite la producción energética de la piel, de los glóbulos rojos de la sangre y de los músculos. Se encuentra en productos lácteos, en el vino, las frutas y las verduras. Es producido de forma natural por el cuerpo durante el esfuerzo físico y desaparece al cabo de una hora. Este es el ácido responsable de los calambres musculares en caso de acumulación excesiva.
También se utiliza como acidificante o estimulador del sabor en la industria alimentaria; el ácido láctico se usa a veces para destruir ciertas bacterias o en el tratamiento local de las úlceras bucales.