La ventilación artificial es un proceso que permite asegurar la función de la ventilación en un individuo cuando no puede respirar por si sólo. Esto sucede en casos de coma o de insuficiencia respiratoria crónica en estadíos avanzados. La función ventilatoria está garantizada por los movimientos respiratorios, la inspiración y la expiración, que permiten realizar los intercambios gaseosos y así alimentar la sangre y luego a las células de oxígeno. Cuando estos movimientos respiratorios no se pueden realizar o se realizan de modo insuficiente se asegura la ventilación por un equipo que insufla el aire a diferentes presiones para facilitar los intercambios gaseosos.