Uso incorrecto de los antibióticos

Si continúa el uso inadecuado de los antibióticos, surgirán nuevos virus incurables, según la Organización Mundial de la Salud. Nuevos "supermicrobios", resistentes a todo tipo de fármacos, podrían aparecer.

Enfermedades reemergentes

  • Las enfermedades reemergentes son aquellas enfermedades cuya incidencia estaba disminuyendo en las últimas décadas y que se creían controladas, dormidas o en retroceso, pero que, por diversas circunstancias, tanto su frecuencia como su mortalidad están aumentando en forma de brotes.
  • La mayoría de las agencias internacionales de Salud, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a la resistencia que las bacterias han adquirido a la acción de los antibióticos como un tema prioritario de salud y la principal causa de la aparición de enfermedades reemergentes.
  • Enfermedades que estaban aparentemente controladas aumentan en número y en virulencia como consecuencia del uso irracional de los antibióticos.
  • El mal uso de los antibióticos, la creciente circulación internacional de viajeros, las migraciones y una mala planificación de las actividades preventivas han provocado que en los últimos años tanto en España como en otros países occidentales se haya detectado un aumento en este tipo de patologías.
  • El 50% de los españoles consume antibióticos en patologías en las que no están indicadas, bajo la falsa creencia de que se trata de fármacos buenos, caros y polivalentes.

Cara y cruz de los antibióticos

  • Los antibióticos son uno de los logros médicos más importantes del siglo pasado.
  • El descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928 revolucionó la sanidad.
  • Los antibióticos han contribuido enormemente a la reducción de las cifras de mortalidad.
  • En los últimos 30 años se ha popularizado su uso en los países desarrollados y en la actualidad son los fármacos más utilizados después de los analgésicos.
  • Con su mayor uso, ha crecido el abuso o uso incorrecto, lo que entraña un grave riesgo para la salud pública mundial.
  • Los antibióticos, medicamentos que matan o impiden la multiplicación de cierta clase de bacterias, no son eficaces contra catarros, resfriados y gripes: estas dolencias están causadas por virus y su utilización en estos casos es ineficaz y perjudicial.
  • El tratamiento con antibióticos que se haya prescrito siempre debe acabarse hasta el final, ya que si no se erradican todos los microorganismos que causaron la infección, aquel grupo pequeño de bacterias superviviente al antibiótico se reproduce y, por un proceso de selección genética, esta nueva generación tiene muchas más probabilidades de ser resistente.
  • La causa de la mayoría de enfermedades pediátricas es de origen vírico, y no susceptible, por tanto, de recibir antibióticos.

Resistencia a los antibióticos

  • El uso indiscriminado o erróneo de un antibiótico provoca que las bacterias 'aprendan la lección' y adquieran defensas genéticas frente a futuros encuentros. A este fenómeno se le conoce como resistencia antibiótica.
  • El uso abusivo de los antibióticos es una de las principales causas del incremento de la resistencia de las bacterias, uno de los mayores problemas actuales de salud pública.
  • La Organización Mundial de la Salud ha lanzado una advertencia clara: si se siguen utilizando de forma incorrecta los antibióticos, algunos virus que actualmente no suponen ningún amenaza para la salud serán incurables dentro de 10 años.
  • Médicos y personal sanitario llevan muchos años advirtiendo que las bacterias están desarrollando resistencia incluso a los antibióticos más potentes.
  • Con el tiempo surgen cepas de bacterias que son totalmente resistentes: cuando un paciente no toma la dosis completa del antibiótico prescrito para eliminar del todo la infección, los microbios desarrollan resistencias con mayor rapidez.
  • Si la gente toma antibióticos cuando no los necesita ( por ejemplo para tratar infecciones virales como la gripe), las bacterias que se encuentran de forma natural en el organismo desarrollan resistencias y comienzan a propagarse.

Eficacia de los medicamentos: algunos datos alarmantes

  • En muchos casos, los medicamentos pierden eficacia poco después de ser descubiertos debido a la negligencia o la falta de planificación en su uso.
  • España es uno de los países con mayor tasa de automedicación con antibióticos, y por lo tanto con mayor cantidad de cepas resistentes. El Ministerio de Sanidad ha lanzado una campaña para frenar el uso inadecuado de estos medicamentos:"Sin tu ayuda, los antibióticos pueden dejar de curar" nos recuerdan lo que el uso abusivo de antibióticos puede provocar en nuestro organismo.
  • Alrededor de un 30% de su consumo en España se realiza sin que el tratamiento haya sido indicado por un médico.
  • En Estonia, Letonia y algunas zonas de Rusia y de China, más del 10% de los enfermos de tuberculosis están infectados por cepas resistentes a los dos medicamentos antituberculosos más potentes.
  • En Tailandia ya no surten efecto tres de los medicamentos comúnmente empleados contra la malaria debido al aumento de la resistencia de esta enfermedad.
  • Aproximadamente el 30% de los pacientes que toman lamivudina, un fármaco recientemente desarrollado para tratar la hepatitis B, presentan resistencia un año después de iniciado el tratamiento.
  • El 60% de las infecciones gonorreicas son resistentes a varios medicamentos y deben ser tratadas con derivados de la quinolona cuando antes bastaba una dosis de penicilina para curarlas.
  • La velocidad de aparición de resistencias bacterianas es mayor que la aparición de nuevos antibióticos.

¿Cómo deben tomarse los antibióticos?

  • Respetar las indicaciones del médico en cuanto a su administración.
  • Para respetar las horas entre dosis:lo mejor es pensar en el horario más apropiado para poder cumplir bien el tratamiento. Así, si se prescribe una dosis cada 8 horas, se puede comenzar a las 8 de la mañana, tomar la siguiente dosis a las 4 de la tarde (o después de comer) y la última a las 12 de la noche (o antes de ir a dormir).
  • Si el antibiótico recomendado sólo necesita una dosis al día, lo ideal es tomarlo siempre a la misma hora.
  • Los padres deben ser los responsables de que sus hijos tomen correctamente el tratamiento antibiótico que se les ha prescrito.
  • No se debe dejar el tratamiento, aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad: hay que acabarlo hasta el final.
  • Comprar antibióticos sólo con receta cuando hayan sido indicados por el médico: no automedicarse.
  • Respetar la dosis que el médico nos ha pautado.
  • Respetar la duración del tratamiento: el paciente se siente mejor una vez que la infección comienza a ceder y puede estar tentado de dejarlo antes de finalizarlo.
  • Suspender el tratamiento antes de tiempo puede conducir a la reaparición de la infección o a la aparición de resistencias.
  • Los AB son efectivos para la mayor parte de las infecciones bacterianas, pero no contra los virus como por ejemplo aquellos responsables de la gripe o de catarros.

Uso incorrecto de los antibióticos

  • Tomar antibióticos sin que lo haya prescrito un médico.
  • Exigir al médico antibióticos sin que él lo considere necesario: preguntarle al médico lo que se debe dar para aliviar los síntomas de las enfermedades viricas ( como suero salino en nariz, cómo aliviar el dolor de garganta, etc.).
  • Pedir antibióticos en la farmacia sin tener receta.
  • No se deben usar, sin la indicación de un médico, los restos de los antibióticos sobrantes de una infección anterior.
  • Tomar dosis inadecuadas o de forma irregular, sin terminar el tratamiento.
  • En ocasiones son los propios médicos los que recetan innecesariamente un antibiótico: a veces por presión del paciente y otras, incluso, sin que el paciente lo solicite. En USA cada año los médicos expiden 50 millones de recetas de antibióticos para infecciones víricas para los que no ofrece beneficio.
  • Los antibióticos se están introduciendo en la dieta de los animales de granja sanos ya que proporcionan un aumento de peso y una mayor rentabilidad económica para las granjas: esta práctica conduce a la resistencia a los antibióticos, incluyendo a las bacterias que infectan a los humanos.

En primer lugar, protege a tu hijo de las infecciones con hábitos preventivos como el lavado de manos, sobre todo antes de preparar la comida y manejarla y manteniendo al día las vacunas.

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