La persona profesional, especializada, preparada y responsable del parto normal es la matrona. La figura de la matrona es considerada Patrimonio de la Humanidad y es una de las profesiones más antiguas que existen.
La definición adoptada por la Reunión del Consejo de la Confederación Internacional de Matronas, el 19 de julio de 2005, en Brisbane, Australia es: "Una matrona es una persona que, habiendo sido admitida para seguir un programa educativo de partería, debidamente reconocido por el Estado, ha terminado con éxito el ciclo de estudios prescritos en partería y ha obtenido las calificaciones necesarias que le permiten inscribirse en los centros oficiales y ejercer legalmente la práctica de la partería". Esta descripción reemplaza la definición de 1972 y las enmiendas de 1990 realizadas por la Confederación Internacional de Matronas (International Confederation of Midwives, ICM por sus siglas en inglés).
Las comadronas son personal sanitario especializado en el seguimiento de los embarazos de bajo riesgo y están capacitadas para reconocer aquellas situaciones de riesgo donde es necesaria la intervención médica. Se encargan del cuidado de la salud de las mujeres durante el embarazo, así como de la atención del parto y el cuidado de la embarazada durante el periodo del postparto. También asesoran sobre la planificación familiar y la regulación de la fecundidad, es decir, los métodos anticonceptivos.
Además de la asistencia a la mujer embarazada, las matronas están capacitadas para prestar atención ginecológica a mujeres sanas, por ejemplo, realizan citologías vaginales o el examen de Papanicolau. También atienden a las mujeres durante la menopausia. Aunque en muchos sistemas de salud las matronas y los obstetras trabajan en colaboración, hay zonas del mundo donde las matronas tradicionales son las únicas autorizadas para realizar los cuidados de la mujer embarazada.
A las comadronas también se les conoce como matrona, partera o comadre, según el país. Renombradas como asistentes tradicionales al parto o asistentes de partería cualificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las comadronas ejercen tanto en establecimientos públicos como privados y también lo pueden hacer libremente.
La figura de la matrona está presente en todas las culturas y civilizaciones. Hasta el siglo XVII solo las mujeres podían ser comadronas. Los conocimientos se transmitían de madres a hijas o entre mujeres. Como las mujeres no podían acceder a la universidad ni entrar en el mundo de la ciencia, aparecieron los hombres obstetras que dieron al oficio una base médica. Actualmente, la figura y las atribuciones de las comadronas siguen siendo controvertidas y varían en función de los diferentes países.
La palabra comadrona está relacionada con la palabra griega maieutiké, es decir, mayéutica. El primero en utilizarla fue Platón para referirse a la segunda fase del método de investigación que utilizaba Sócrates. Comparaba el trabajo de las comadronas con esta etapa del método socrático, ya que, mediante preguntas, el filósofo griego ayudaba a sacar a la luz el conocimiento.
Las comadronas se ocupan del seguimiento del embarazo, las consultas y las ecografías obstétricas dentro del marco de un embarazo normal. También pueden encargarse de embarazos patológicos bajo la supervisión de un médico. Pueden ordenar exámenes y tratamientos en relación con el embarazo, el parto y el postparto.
Colaboran con el trabajo del médico en el momento del parto, por ejemplo, se encargan de la episiotomía (incisión en la zona del perineo para ampliar el canal y abreviar el parto) y de los puntos de sutura, entre otros. Trabajan en estrecha relación con el ginecólogo y tocólogo que interviene en cuanto aparece alguna anomalía. También se ocupan de la observación de la madre y su bebé antes y después del parto, así como de los cursos de preparación antes del nacimiento del bebé.
Aconsejan a la madre sobre el método de alimentación que debe seguir con su bebé (lactancia o biberón), se ocupan de la reeducación perineal, los consejos sobre contracepción y pueden detectar los síntomas de la depresión postparto de la madre.
Según datos de 2014, en el interior de Guatemala, el 70 % de los partos son asistidos por comadronas o parteras. Estas profesionales juegan un papel muy importante en la salud materna e infantil del área rural, ya que son las primeras en llegar a las comunidades para atender las necesidades de las futuras madres. Las fuentes oficiales indican que existen más de 24 mil comadronas que atienden 280 mil partos de los 400 mil que se registran cada año.
La capacitación de matrona consta de siete módulos y, al finalizar, las parteras son afiliadas a los Centros de Salud de sus localidades para atender a las embarazadas. La labor de las comadronas es fundamental para la salud materna e infantil, pero también crea fuertes vínculos sociales en el interior del país, de tal manera que algunas se consideran abuelas de los bebés que atienden.
Invertir en ellas es una prioridad porque contribuyen a disminuir las tasas de mortalidad materna, que es una de las más altas de Latinoamérica y el Caribe (ocupa el tercer lugar, después de Haití y Bolivia). Estudios como el del Fondo de Población de las Naciones Unidas revelan que, si las comadronas están en condiciones de poner en práctica sus aptitudes y conocimientos durante el embarazo, el parto y el posparto, se puede prevenir el 90 % de las muertes maternas.
Las comadronas tradicionales son las que se encargan de la obstetricia en países como Guatemala, con una importante población indígena. En 2006, el Programa Nacional de Salud Reproductiva, del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, elaboró un manual para la intervención corta en la capacitación de comadronas, con el objetivo de prepararlas en las siguientes temáticas: demoras en la atención materno-neonatal, señales de peligro durante el embarazo, el parto, el postparto y cuidados del recién nacido. Así como un plan de emergencia comunitario y familiar, el uso apropiado de equipo limpio y seguro para la atención del parto.
En España, es una profesión reglamentada y su estudio dura seis años, pero no todos saben exactamente para qué sirve una comadrona. Si un parto es bueno, es decir, si la mujer es sana y el embarazo no es de riesgo, ellas son las encargadas de atender el parto sin la necesidad de la intervención del ginecólogo.
Una partera o un partero es la persona que tiene por oficio asistir a la mujer en el parto. Antes, este oficio solo lo ejercían las mujeres y obtenían el conocimiento mediante la experiencia tradicional. En la actualidad, requiere titulación específica.
Parece que cada vez más hombres desean ejercer esta profesión. Se les puede denominar matrón o comadrón.
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