Una pareja debe concederse el máximo de oportunidades para concebir un hijo. Los consejos y los "pequeños trucos" que les proponemos son, la mayoría de ellos, medidas evidentes de sentido común, que a veces pueden olvidarse.
El sexo del bebé lo decide el hombre porque los espermatozoides que tienen los cromosomas Y (los cromosomas masculinos) se mueven más rápido, pero son más pequeños, delicados y débiles. Por esta razón viven menos tiempo que los espermatozoides X o femeninos que dan lugar a una niña: los X son más lentos, pero más resistentes porque son mas grandes y pueden sobrevivir durante más tiempo en el interior del aparato genital femenino antes de alcanzar el óvulo para fecundarlo. Basándose en esta circunstancia para quedar embarazada de una niña tenemos el método Shettles. Este método recomienda tener relaciones sexuales de 5 a 3 días antes de la ovulación y después abstenerse hasta que haya pasado la ovulación ya que con una nueva remesa de espermatozoides masculinos, que son más rápidos, uno de ellos podría llegar a fecundar el óvulo antes que los femeninos. Este método tiene un 75% de probabilidades de éxito siempre que se consiga el día exacto de la ovulación y no existan otros factores que puedan alterar el resultado. Para saber en qué momento se produce la ovulación se puede utilizar la temperatura basal, un kit de predicción de la ovulación o una calculadora de la ovulación.
Para tener un niño se recomienda tener relaciones sexuales lo más cerca posible de la ovulación, es decir, el mismo día o 24 horas antes. En esto se basa el llamado método Shettles. Según diferentes estudios realizados cuando la futura madre consume más calorías en su dieta mayor es la probabilidad de que tenga un hijo varón. Una alimentación que sea rica en potasio, calcio y vitaminas C, E, y B12 aumenta dichas probabilidades. También se recomienda que el futuro padre no utilice ropa demasiado ajustada ni pase demasiadas horas sentado para evitar un sobrecalentamiento del escroto que pueda destruir o lastimar a los espermatozoides masculinos.
Se sabe que 1 de cada 89 embarazos es de gemelos. La concepción de gemelos ocurre en personas que provienen de familias en las que hay al menos una pareja de gemelos. También la etnia y la edad de las personas también influye. Cuando la mujer ha utilizado las pastillas como método de contracepción se recomienda que espere hasta 3 meses de haberlas dejado porque si no las probabilidades de quedar embarazada de gemelos es mas alta. Así que cuando se busca un embarazo de gemelos lo que hay que hacer es tener relaciones rapidamente al dejar las pastillas. También las mujeres con sobrepeso, las que consumen ácido fólico, la lactancia materna y las mujeres que consumen muchos lácteos y una dieta rica en ñame, yuca o batata tienen mayores probabilidades de tener gemelos.
El Método Baretta es una técnica que se basa en la alimentación de la madre antes del embarazo y fue desarrollado por la bioquímica argentina Adriana Baretta. Ésta considera que se puede elegir el sexo del bebé en función de los cambios que una dieta produce en el moco cervical de la mujer, de una forma natural, durante sus días fértiles. Para conseguir una niña la madre debería consumir alimentos ricos en calcio y en magnesio y evitar los alimentos ricos en sodio y potasio. Se recomiendan frutas por lo menos unas 3 piezas al día como las cerezas, fresas, naranjas, mandarinas, piñas, pomelos... frescos o congelados.
Los alimentos que son ricos en calcio y magnesio son el pescado (salmón ahumado, anchoas en conserva o la caballa), la leche (dependiendo del tipo de leche los niveles de calcio y magnesio varían), los productos lácteos especialmente los quesos sobretodo el queso de cabra, los frutos secos como las almendras y las nueces y las verduras especialmente aquellas de color verde oscuro como las acelgas o las espinacas.
Son ricos en magnesio los cereales integrales como la avena, el arroz o la cebada, las
frutas como los higos secos, los aguacates, los dátiles o el kiwi, los mariscos y los moluscos.
La posición del perrito y de pie serían las mas indicadas ya que favorecen una penetración mas profunda.
Aunque no tiene una base científica consultar el calendario chino es sencillo. Sólo tienen que coincidir el mes de la concepción con vuestra edad en el momento de concebir.
El 20% de las parejas tiene dificultades ya que no conocen bien los períodos óptimos para tener relaciones sexuales fecundas. El día 14º del ciclo, de un ciclo regular de 28 días, es el momento más fértil. El primer día del ciclo se corresponde con el primer día de la regla y 4 días antes y 4 días después del día 14º del ciclo son los días más propicios para la fecundación. El período de máxima fecundidad suele situarse entre el 10º y el 17º día del ciclo. Si la duración del ciclo es superior a 35 días o inferior a 21 días, o si el ciclo menstrual tiene tendencia a ser irregular, los resultados de este cálculo no son los mismos.
Este kit es un test de orina que se realiza con la primera orina de la mañana. Permite detectar la aparición del pico de la hormona luteínica (LH) que precede a la ovulación en uno o dos días. La tasa de esta hormona aumenta bruscamente justo antes de la ovulación causando la expulsión de un óvulo por parte del ovario. El resto del ciclo su nivel es bajo. Los test de ovulación detectan así un aumento de la tasa de la hormona LH en la orina 24 a 48 horas antes de la ovulación. Para realizar este test hay empapar una tirilla en la orina y después analizar el color obtenido: una tira muy coloreada indica el período más óptimo.
La primera de las recomendaciones a realizar concierne al tabaquismo de los padres y, por supuesto, de la futura madre.
El tabaco disminuye la fertilidad disminuyendo el nivel de estrógenos, hormonas necesarias para un buen desarrollo de la fecundación. El riesgo de tener un aborto natural espontáneo se multiplica por 3 en las mujeres fumadoras y todavía más en aquéllas que fuman más de un paquete al día. El tabaquismo es la primera causa de parto prematuro y el riesgo de un embarazo extrauterino se multiplica por 2. La nicotina pasa a través de la placenta y es absorbida por el feto. Este fenómeno se conoce como tabaquismo pasivo en el útero. El monóxido de carbono del humo de los cigarrillos pasa a la sangre del feto y puede provocar una disminución del oxígeno. También se puede observar una hipotrofia, disminución del peso del bebé, en el momento del nacimiento de unos 200 gramos como mínimo, una disminución del tamaño y del perímetro craneal, un riesgo dos veces más elevado en las fumadoras de dar a luz a un niño de menos de 2,5 kg y un bajo peso al nacer expone al neonato a unas complicaciones y a un aumento de la tasa de mortalidad natal y perinatal.
El tabaco es una de las causas principales de la infertilidad masculina.
Consumir alcohol disminuye la fertilidad de las mujeres y de los hombres. Dos vasos de una bebida alcohólica son suficientes para provocar lesiones neurológicas en el feto, lo que los especialistas llaman el síndrome del alcoholismo fetal: el bebé puede tener un retraso en el crecimiento, una deformación facial, un retraso mental...
El consumo cotidiano de dos tazas de café durante el embarazo podría aumentar el riesgo de aborto, según un estudio americano publicado en la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology. Estos trabajos son los primeros que han demostrado que una pequeña cantidad de cafeína durante los primeros meses de embarazo puede provocar un aborto, aunque existe un debate al respecto que divide a los investigadores.
Según los autores del estudio, para que el riesgo fuera mínimo, las futuras madres deberían evitar toda bebida que contenga cafeína durante los cinco primeros meses de embarazo. El estudio basado en 1000 mujeres, revela que las mujeres que consumen 200 gramos o más de cafeína al día(dos tazas de café o 5 latas de bebidas con cafeína) tendrían un riesgo dos veces más elevado de perder a su bebé que las mujeres que no beben nada (Fuentes Relax News, Enero 2008)
El peso constituye un elemento importante que hace falta tener en cuenta cuando se desea un embarazo. Una delgadez considerable predispone a la infertilidad. Retomar peso puede ser, a veces, suficiente para conseguir un embarazo y un exceso de peso perturba el ciclo y disminuye las posibilidades de tener un niño. Por otra parte, la asociación embarazo y obesidad puede provocar diabetes, hipertensión y riesgo de cesárea.
Según un estudio aparecido en Noviembre del 2007 en la revista « Obstétrics and Gynécology », efectuado con más de 17 000 mujeres, un régimen alimenticio particular asociado a un control de su peso y a una actividad física regular, podría facilitar el embarazo disminuyendo los problemas de ovulación, considerada como la causa de casi un tercio de los casos de infertilidad. Se recomienda consumir alimentos ricos en fibra como el pan integral, pasta, arroz, frutas, verduras..., aumentar las proteínas vegetales como guisantes, lentejas, soja, almendras, comer menos proteínas animales (carne, huevos...), consumir menos ácidos grasos, presentes especialmente en productos industriales (pastelería...), consumir más productos lácteos enteros y disminuir los productos lácteos desnatados: el consumo de varias porciones de productos light cada semana aumentaría los riesgos de problemas de ovulación, y como consecuencia, los riesgos de infertilidad. También se recomienda disminuir el azúcar, elegir los glúcidos o hidratos de carbono no refinados (pasta, arroz...), consumir alimentos que contengan hierro como el pescado (sardinas, atún, arenque), alubias blancas, lentejas, garbanzos, consumir alimentos que contengan vitaminas, como por ejemplo las frutas y zumos de frutas (VIT C) y las espinacas, berros, diente de león, milamores, nueces (VITB9).
Hacer el amor lo más a menudo posible multiplica las posibilidades de éxito.
Si usted hace el amor una vez por semana las probabilidades de tener éxito son del orden del 16,7%, dos veces por semana las posibilidades son del 32%, tres veces por semana se incrementan al 46 % y más de cuatro veces por semana alcanzan el 83%. Muy excepcionalmente puede ocurrir que los médicos descubran una causa inesperada de una esterilidad después de haber realizado numerosos exámenes. Ciertas parejas no tienen « relaciones sexuales reales » o no las han tenido del todo. Una historia verídica es el caso de una pareja « estéril » que no conseguía tener un niño hasta que el médico comprendió, por azar, al constatar una infección a nivel del ombligo de su paciente, porque ella no podía concebir un niño : esta pareja hacía el amor por el ombligo.
El estrés es un factor negativo que puede alterar los órganos sexuales y las células implicadas en la reproducción. Varios estudios han revelado que un estado de ansiedad disminuye las probabilidades de un embarazo provocando una disminución (incluso una ausencia) de ovulación durante periodos de grandes tensiones y angustias. Estar tranquila, relajarse, tener confianza en sí misma, tomarse tiempo para soñar despierta, leer, ir al cine, hacer deporte... son elementos fundamentales que aumentan las probabilidades de tener un hijo. La consulta con un « psiquiatra » puede ayudar a todas aquéllas o aquéllos que vivan con estrés permanente, que no sepan cómo detenerlo, y cómo combatirlo eficazmente. El estado de ansiedad crónico puede generar dificultades para concebir un niño.
Es algo de sentido común que puede parecer evidente, pero que a veces se olvida...
Conseguir un embarazo a veces toma su tiempo y hay que ser un poco paciente.
Pero después de varios años a veces la paciencia se pierde...Nuestro modo de vida, donde todo debe ser eficaz y lo más rápido posible, empuja así cada año a mujeres y a hombres a hacerse chequeos y tratamientos fuertes y caros -y a veces inútiles-, cuando un poco de tiempo y paciencia bastaría. Recordemos que más del 50% de las mujeres que no consiguen concebir un niño durante el primer año lo conseguirán en el segundo año. Una mujer menor de 35 años debería consultar a su ginecólogo después de diez o doce meses de relaciones sexuales sin protección y sin lograr un embarazo (si no hay anomalías detectables, infecciones, problemas de trompas...) Después de los 35 años, se aconseja consultar más pronto, en general al cabo de 6 a 8 meses de intentarlo.
El deseo tardío de un embarazo constituye un problema cada vez más frecuente que se encuentran los especialistas de fertilidad. Las mujeres desean anteponer su vida profesional dejando « de lado » el deseo de tener un niño. Después ellas se « despiertan hacia la treintena » y se dan cuenta que el tiempo pasa y que sus probabilidades de hacerse madre son menores.
La presencia de un flujo blanco que puede ser un signo de una infección vaginal, los ciclos irregulares, las reglas o las relaciones sexuales dolorosas (pueden poner en evidencia una endometriosis), un sobrepeso importante o una delgadez excesiva, una intervención abdominal que hubiera provocado una alteración de la permeabilidad de las trompas o ser la hija de una madre que ha tomado Distilbene, hormona sintética prescrita a las mujeres en los años 60-70 para prevenir los abortos. Esta hormona puede provocar malformaciones del aparato genital en sus descendientes.
Ciertas parejas se precipitan y consultan al cabo de algunos meses de relaciones sexuales regulares sin contracepción y sin éxito en la concepción. Otras dudan en consultar, culpabilizándose, encerrándose en sí mismas, dejan de salir y de ver a sus amigos, especialmente aquéllos que tienen niños. Se sienten excluidos de un mundo exterior que se hace inaccesible y aceptan difícilmente la idea que una pareja como la suya no consiga tener un niño. Aceptar hablarlo y consultar a un médico representa ya un enfoque positivo que les va a ayudar a superar este contratiempo que no consiguen verbalizar.
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