Un diagnóstico realizado a tiempo del cáncer de mama facilita la eficacia del tratamiento y disminuye el riesgo de muerte en un 25 %.
La mamografía es un examen radiológico del seno que no requiere ninguna preparación previa. La mujer debe desnudarse y colocarse frente a la máquina.
Este examen dura 15 minutos aproximadamente. Es rápido y no doloroso.
La mamografía permite detectar algunas anomalías en lo senos. Pocas mujeres presentan anomalías durante una mamografía. Estas anomalías no advierten necesariamente la presencia de un cáncer. Si se identifica alguna anomalía es imprescindible realizar otros exámenes como la ecografía lo antes posible.
Para las mujeres de 50 a 74 años, el despistaje se debe realizar sistemáticamente en centros autorizados.
Los resultados del examen se envían al doctor al día siguiente. Si se identifica alguna anomalía, se aconseja recurrir a algunos exámenes radiológicos (como la ecografía) de inmediato. Si usted utiliza una prótesis mamaria, consume medicamentos hormonales o cuenta con alguna intervención quirúrgica, comuníquelo a su radiólogo.
La ecografía no es un examen de despistaje de primer orden. Este examen se recomienda después de una mamografía. El propósito de la ecografía es analizar una lesión que haya sido identificada gracias a una mamografía o buscar un abultamiento que el mamógrafo no haya registrado.
La biopsia consiste en extraer una muestra del tejido para analizarla con el microscopio. La biopsia puede realizarse de dos formas: a través de una citopunción o aspiración de la muestra con una aguja fina (requiere anestesia local) o, a través de una intervención directa sobre el tumor (requiere anestesia general). La intervención directa sobre el tumor puede realizarse durante una biopsia o durante una tumerectomía. El diagnóstico depende del análsis microscópico de una muestra del tumor extirpado.
Diversos estudios presentados durante el congreso anual de la Sociedad Norteamericana de Oncología Clínica (ASCO), realizado en Chicago del 1 al 5 de junio de 2007, señalan que la resonancia magnética es el examen más preciso en la detección de tumores pequeños que la mamografía no puede identificar.
Los expertos recomiendan un examen de resonancia magnética al año en mujeres con antecedentes de cáncer de mama en sus familias o que presentan una anomalía genética. La resonancia magnética es el examen más preciso en la detección de cancer de mama, pero no cuenta con un protocolo definido. Por esta razón, la mamografía debe ser el primer paso en el despistaje de este cáncer ya que ésta sí cuenta con un método de control de calidad establecido.
El Programa de diagnóstico precoz por examen de mamografía salva a miles de mujeres cada año y no debe ser reemplazado por la resonancia magnética.
Este examen se recomienda para detectar otras lesiones en el mismo seno o la presencia de cáncer en el otro seno. Asimismo, la resonancia magnética permite vigilar y controlar la evolución del cáncer durante el tratamiento.
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