El derecho de pernada traduce el abuso ejercido sobre un empleado por su superior jerárquico deseoso de obtener sus favores sexuales. Está penado por la ley y jurídicamente está considerado como un delito grave. La literatura de la Edad Media muestra numerosos casos de derecho de pernada que se consideraba entonces un hábito o costumbre: el señor tenía el derecho de desflorar a la joven esposa de un sirviente la noche de bodas. Numerosos archivos públicos dejan constancia de las condenas y del abuso de autoridad que ya era punible en los últimos siglos.