La nariz es un elemento fundamental de la arquitectura y de la belleza de un rostro. La meta de una operación de rinoplastia es embellecer las narices que la naturaleza olvidó perfeccionar o reparar las narices que se estropearon por accidentes o traumatismos diversos. También corrige anomalías que pueden molestar la respiración.
Las secuelas operatorias de esta intervención son generalmente simples. Los vendajes son quitados al día siguiente, antes de la salida del paciente.
Los puntos de sutura dentro de la nariz se reabsorben solos. Si la operación fue practicada por vía externa, los hilos son retirados el sexto día, al mismo tiempo que la férula.
No hay dolor. La principal molestia viene de la impresión de nariz tapada durante los primeros días.
Un edema y equimosis pueden aparecer al nivel de los párpados. Pero desaparecen en una decena de días.
Los riesgos existen, como para toda operación quirúrgica. Abordamos en este artículo los riesgos de la rinoplastia.
Puede aparecer hematomas. Si son poco importantes, van a desaparecer espontáneamente. Si resultan importantes y desventajosos, podrán ser evacuados quirúrgicamente.
Hemorragias (epistaxis) pueden directamente estar presente después de la intervención, pero por lo general, son pasajeros.
Una infección puede aparecer, pero este fenómeno es muy raro, el rostro y especialmente la nariz son bien vascularizados.
Algunas veces pueden aparecer heridas debidas la presencia de la férula.
Una pérdida del olfato (e indirectamente del gusto por los alimentos) son casi sistemáticos los primeros días debido al edema. Una pérdida o una disminución del olfato por un largo tiempo son excepcionales.
Otros riesgos son debidos a la anestesia. Por eso es indispensable que una visita preoperatorio en el anestesista sea obligatoriamente programada.
En cuanto a la intervención quirúrgica, hay que asegurarse que será efectuado por un cirujano competente y especialista en cirugía plástica reconstructiva y estética o en otorrinolaringología (ORL).
Esto no impide que pueda haber imperfecciones que aparecen en el transcurso de las semanas o los meses siguientes a la intervención.
Son debidas a una insuficiencia de la corrección o a una evolución inesperada de las estructuras nasales y pueden ser las causas de una (pequeña) deformación residual o de una pequeña irregularidad (aspereza). En ese caso hay que esperar que la cicatrización esté perfectamente terminada antes de intervenir nuevamente.