La revista "The Lancet Neurology" publicó en julio de 2014 un artículo que trata los peligros de las conmociones cerebrales que pueden presentar los futbolistas así como las secuelas neurológicas que pueden aparecer a largo plazo. Estos riesgos no son lo suficientemente tomados en consideración y los efectos neurológicos a largo plazo son poco conocidos. El objetivo de estos trabajos es hacer tomar conciencia que no es posible dejar volver a jugar a un jugador que pierde el conocimiento después de una conmoción cerebral porque esta actitud puede tener repercusiones neurológicas severas a largas plazo.
Una conmoción cerebral es una disfunción temporal del cerebro como resultado de un choque o un traumatismo que provoca un estremecimiento de las estructuras cerebrales asociado con una suspensión de su función.
Esta anomalía también puede también aparecer en ausencia de un traumatismo directo, como por ejemplo al hacer movimientos bruscos de la cabeza.
Un traumatismo craneano, también traumatismo craneocerebral, es el conjunto de los traumatismos que afecta el cráneo y el cerebro. Tres categorías de traumatismo craneano son descritas según su grado de gravedad. La primera concierne a los traumatismos ligeros que no han ocasionado pérdida del conocimiento, ni fracturas del cráneo. El segundo demuestra traumatismos medios que provocaron una pérdida del conocimiento de varios minutos así como una fractura del cráneo. Los traumatismos severos provocan un coma profundo.
Es indispensable conocer las consecuencias posibles de los traumatismos craneanos entre los deportistas, sobre todo los profesionales, que sean por ejemplo futbolistas, esquiadores o jugadores de rugby, ya sea en las secuelas inmediatas o a largo plazo, incluso después del abandono definitivo de la actividad deportiva.
Una conmoción cerebral puede provocar manifestaciones moderadas y de corta duración porque el cerebro no posee receptores del dolor. Pueden aparecer por ejemplo la sensación de estar en la niebla con los ojos en el vacío, la sensación de no sentir más sus piernas, vértigos, náuseas, y problemas de coordinación. A veces estas manifestaciones que pueden ser pasajeras no inquietan al deportista ni a su entorno.
Es importante saber que estos síntomas pueden aparecer años más tarde, hasta después de la interrupción definitiva del deporte y causar en este caso manifestaciones mucho más severas como pérdidas de la memoria o de la audición, depresión, trastornos de la palabra o la demencia.
Un traumatismo craneano puede provocar lesiones neurológicas que pueden no ser diagnosticadas como tales.
Los deportistas que han sido víctimas de una conmoción cerebral pueden presentar cefaleas y vértigos que persisten durante varias semanas o varios meses, lo que se llama el síndrome post conmoción.
Pueden aparecer a largo plazo, hasta después de varios años o varias décadas después de la interrupción del deporte, una encefalopatía crónica, como por ejemplo, una demencia.
Numerosos otros deportes pueden ser concernidos por este problema, por ejemplo: el boxeo, el rugby, el esquí y el béisbol.
Nuevos protocolos y recomendaciones, son implementados en lo sucesivo para permitir un diagnóstico más precoz con el fin de evitar secuelas.
Es primordial informar y formar a los deportistas, sus entrenadores, su entorno y sus familias, sobre los riesgos y secuelas neurológicas de un traumatismo craneano no tratado correctamente. Las manifestaciones de una conmoción cerebral no son siempre fáciles de detectar. Pueden aparecer por ejemplo cefaleas, náuseas, trastornos del equilibrio, cansancio, dolores situados a nivel de las vértebras cervicales, dificultades en concentrarse o en memorizar ciertos hechos, una ralentización del pensamiento y de la elocución y dificultad para escribir. La presencia de sus manifestaciones impone una consulta médica urgente si es posible con un neurólogo.
Es recomendado a los entrenadores y a los deportistas recurrir a protecciones específicas para cada deporte.
Es indispensable prohibir a un jugador herido en la cabeza volver a jugar antes de un examen médico y un diagnóstico médico.
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