El coma etílico, llamado también intoxicación alcohólica aguda, se produce debido a un consumo fuerte de alcohol y requiere un tratamiento rápido.
A continuación un panorama sobre los signos del coma etílico y la actitud que hay que adoptar frente a la aparición de este problema.
El coma etílico es causado por un consumo importante de alcohol, generalmente durante un período corto. Cuanto más el alcohol es absorbido rápidamente, mayor es el riesgo de coma etílico.
La tasa de alcoholemia que indica un coma etílico varía en función a varios parámetros tales como el peso, la cantidad de masa grasa, la alimentación y la costumbre de tomar alcohol. El coma etílico generalmente aparece cuando existe entre 2 y 4 gramos de alcohol por litro de sangre.
La principal manifestación del coma etílico es la pérdida del conocimiento, más o menos profunda.
Los signos de coma etílico, además de la pérdida de conciencia, son una respiración irregular, una incapacidad de moverse, una pérdida del tono muscular (hipotonía muscular), una disminución de la presión arterial y de la temperatura corporal y la piel fría y sudorosa.
Frente a una persona en coma etílico, es importante llamar a emergencias rápidamente. Esperando su atención, es recomendado acostarlo de lado en posición lateral, verificar su pulso y su respiración y cubrirla para evitar una caída de su temperatura.
Al hospital, el tratamiento consiste en reanimar al paciente y en rehidratarlo. Por lo general, el retorno a casa es contemplado 3 a 6 horas después de la última ingesta de alcohol.
En ausencia de tratamiento, los principales riesgos debido al coma etílico son asfixia (por la lengua o los vómitos) y la hipotermia, los dos pueden conducir a la muerte. El coma etílico también contiene riesgos de lesiones musculares. Las secuelas neurológicas son raras, aparecen sólo si el coma etílico es asociado con otra complicación.
Es posible prevenir un coma eventual y etílico, evitando los abusos de alcohol, en particular en períodos cortos, comiendo, y también consumiendo bebidas no alcohólicas. También conviene evitar bebidas a base de mezclas de alcohol y de zumos de frutas o sodas, que enmascaran el sabor del alcohol.
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