El cadmio, un metal plateado que proviene de los minerales del zinc, se encuentra en una gran cantidad de objetos cotidianos como los acumuladores eléctricos o las pantallas de televisión o ciertos fertilizantes. El cadmio tiene una acción patógena sobre el organismo porque elimina los cristales de calcio por las heces y los remplaza. El organismo no tiene la capacidad de deshacerse del cadmio con el que entra en contacto y lo acumula. Esto puede provocar lesiones pulmonares, óseas o renales o, incluso, cánceres.