El síndrome de Wiskott-Aldrich (SWA) designa una afección genética y hereditaria que se caracteriza por un número anormalmente bajo de plaquetas en la sangre. Esta anomalía provoca lesiones cutáneas (eccema, púrpura), hemorragias digestivas y urinarias, epistaxis y una predisposición a las infecciones (otitids, sinusitis, meningitis, septcemias,...). Este síndrome se transmite por el cromosoma X y sólo afecta a los varones. Los antibióticos y las transfusiones de plaquetas constituyen los tratamientos sintomáticos. A veces está indicado un trasplante de médula ósea. Se puede realizar un diagnóstico prenatal durante el primer trimestre del embarazo.