El síndrome de Wolf-Hirschhorn designa una enfermedad cromosómica que resulta de una anomalía a nivel del cromosoma 4. Se caracteriza por malformaciones a nivel de la cara (facies), un retraso intelectual, una hipotonía, crisis de epilepsia, transtornos cardíacos y afectación renal. La incidencia es de alrededor de 1 cada 15.000 nacimientos. No existe ningún tratamiento específico. Pueden mejorar los síntomas la administración de ácido valproico para la epilepsia, un régimen alimentario adaptado y la fisioterapia.