El conducto torácico (o canal torácico) proviene de la reunión de dos colectores linfáticos lumbares con el tronco intestinal. Por ello, el conducto torácico es la vía principal del sistema linfático, el que drena la gran mayoría de la linfa (líquido orgánico translúcido que juega un papel muy importante en el sistema inmunitario). Este conducto se extiende desde la segunda vértebra lumbar, en la parte baja de la espalda, hasta el cuello. Se sitúa por delante de la columna vertebral.