La aplasia febril, también denominada neutropenia febril, es una de las toxicidades posibles en los pacientes sometidos a quimioterapia para tratar el cáncer. Se caracteriza por una disminución en el número de granulocitos neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos) y la aparición de fiebre. Debido a la disminución en el número de glóbulos blancas de la sangre, la neutropenia febril puede provocar infecciones potencialmente mortales (sepsis, shock séptico) así como una insuficiencia respiratoria aguda, etc. El tratamiento con antibióticos se debe iniciar lo antes posible.