Los bronquios son los canales responsables de llevar el aire de la faringe a los alvéolos pulmonares y después reconducirlo hacia el exterior. Deben tener un cierto tono para permitir una espiración eficaz y para que sean drenadas las secreciones bronquiales (mucus, anticuerpos, gérmenes, polvos...). En algunas patologías los bronquios se dilatan y aumentan su diámetro. Las secreciones, en estos casos, no pueden ser eliminadas y aparece tos, esputos abundantes a veces con sangre, falta de aliento e infecciones de repetición.