La disciplina positiva designa un método educativo que se utiliza en algunas escuelas a partir de un principio fundamental: no existe un niño malo sino niños que se portan mal. Se trata de corregir los comportamientos del niño sin agresión verbal ni física. Inventado a principios del siglo XX, este modelo que asocia firmeza con buen control permite restablecer la autoridad evitando el conflicto. Este modelo puede proponerse a los padres, a los educadores y a los profesores. Se opone al modelo de disciplina negativa que se basa en la cólera y la violencia.