Una quemadura de primer grado es una quemadura poco importante que se manifiesta por un simple enrojecimiento y sequedad de la piel. Las quemaduras de primer grado son superficiales ya que sólo la epidermis está afectada, es decir, la capa más superficial de la piel. Generalmente son muy dolorosas. Sin embargo suelen reabsorberse por sí mismas en algunos días no dejando ninguna cicatriz. Las quemaduras de primer grado más frecuentes son las provocadas por el sol.