Varios estudios pusieron en evidencia una asociación entre la disminución del espesor de la corteza cerebral, también llamada sustancia gris, que participa en numerosas funciones cognitivas como la memoria, y el consumo de tabaco. Esta disminución favorece la aparición de patologías neurovegetativas, especialmente la enfermedad de Alzheimer.
Un estudio, publicado en Molecular Psychiatry, puso en evidencia el carácter reversible de esta neurotoxicidad, mientras que todavía se ignora si este efecto nefasto sobre el cerebro es en parte reversible. Este estudio demuestra también la importancia de dejar de fumar.
Karama y coll. efectuaron una investigación utilizando los datos provenientes de "Lothian Birth Cohort 1936". En este estudio se evaluó el nivel de IQ de las 866 personas participantes nacidas en 1936 desde los 11 años de edad durante 60 años.
En 2007, los pacientes sobrevivientes (666), mayores de 73 años, fueron evaluados después de someterse a un IRM cerebral. Entre ellos, 36 eran fumadores que fumaban 1 paquete al día durante aproximadamente 47 años, 223 eran exfumadores que fumaban 1 paquete al día durante cerca de 27 años y 245 jamás habían fumado.
Este estudio permitió poner en evidencia una gran cantidad de información importante.
El consumo de tabaco provoca una disminución significativa del espesor cortical, situado principalmente en las áreas prefrontales.
Mientras mayor sea el consumo de tabaco, el espesor de la corteza disminuye más. Esta relación entre la dosis de nicotina inhalada y el efecto obtenido sobre el cerebro fue puesta en evidencia en este estudio.
El estudio demuestra que por cada paquete fumado al año, los fumadores experimentaban una disminución de 3,21 µm en su espesor cortical. El estudio también demuestra una relación entre el espesor cortical y la longitud del plazo desde el último cigarrillo fumado.
Por cada año sin fumar, los ex fumadores recuperaban 3,69 µm de espesor cortical. Era necesario dejar de fumar casi un año para corregir los efectos de un consumo de 1 paquete de cigarrillos al año.
Este estudio pone en evidencia el carácter reversible de esta neurotoxicidad gracias a la interrupción del consumo del tabaco.
Por otra parte, se concluye que el espesor cortical que disminuye normalmente y fisiológicamente con la edad se efectúa de manera más lenta en las personas que han dejado de fumar, recuperando el espesor cortical normal de su edad.
Este estudio debe ser una motivación suplementaria para motivar más a los fumadores a dejar de fumar.
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