Tacto vaginal

El tacto vaginal es una prueba exploratoria que consiste en la introducción de los dedos índice y corazón de la mano de un explorador en la vagina de la mujer para obtener información mediante el sentido del tacto. La valoración de la exploración es muy subjetiva y su exactitud queda limitada si no es llevada a cabo siempre por el mismo profesional y estando la mujer en la misma posición en todos los tactos.

Forma parte de la exploración ginecólogica

Un tacto vaginal puede ser experimentado por las mujeres como una fuente de ansiedad, ya que invade su privacidad e intimidad. Debe realizarse siempre previo consentimiento y es recomendable que el profesional explique exactamente qué es lo que va a hacer y cómo lo va a hacer. De esta manera, creando un clima de respeto y estableciendo una mínima confianza es probable que resulte menos incómodo y doloroso.

El tacto vaginal durante el embarazo

En las mujeres embarazadas el tacto vaginal se utiliza para conocer la posición, consistencia, longitud y dilatación del cuello uterino y el descenso y rotación de la cabeza fetal. El tacto vaginal nos puede dar información de un posible embarazo a partir de dos signos:

  • El Signo de Noble-Budin: a partir de las ocho semanas de la gestación la presión del producto de la gestación hace que se ocupen los fondos de saco que se forman en la unión de la vagina con los lados del cuello uterino. De modo que se percibe en el tacto vaginal, la forma redondeada y turgente del útero al explorar los lados profundos del cuello uterino.
  • El Signo de Hegar: a partir de la sexta a octava semana del embarazo, durante el examen bimanual del útero se siente blando en exceso, pastoso y elástico--en especial el istmo del útero--en contraste con la dureza y firmeza del cuello uterino.

El tacto vaginal y el parto

Los tactos ofrecen una información valiosa, sin embargo deben realizarse únicamente cuando sea estrictamente necesario. Esto quiere decir que en principio, si el parto va bien no hay necesidad de realizarlos. La OMS aconseja realizarlos cada 4 horas o antes si la gestante tiene sensación de pujo y la SEGO los recomienda cada 2-4 horas.
En el momento en que se produce la rotura de bolsa están (a priori) desaconsejados pues los dedos pueden arrastrar microorganismos de la vagina hacia el cuello del útero y provocar riesgos de infección. Algunos profesionales los realizan en semanas anteriores al parto aún cuando no hay ningún problema.
El tacto vaginal se desaconseja a menos que la mujer presente contracciones regulares, intensas y se encuentre en fase activa de parto ya que no tiene ningún valor pronóstico, es decir, no tiene sentido realizar una maniobra invasiva como es el tacto vaginal cuando sabemos que una mujer puede estar varios días con 1 cm. de dilatación y otra puede no haber comenzado a dilatar y parir 24 horas después.

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