Productos contaminantes en el hogar

El aire de las sociedades muy industrializadas está cargado de xenoestrógenos. Los xenoestrógenos son estrógenos de procedencia no natural que se encuentran en los muchos sitios de nuestro hogar: plásticos, detergentes, herbicidas, insecticidas... Éstos, y todos los que nos llegan a través de la alimentación y la cosmética, actúan sobre el núcleo de la célula como estrógenos. Su efecto se va acumulando y puede alterar el ADN, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer.

Las alfombras y las moquetas

Contienen compuestos organoestánicos (con estaño) que son perjudiciales para el sistema inmunitario de los mamíferos, el hombre incluido. Se utilizan en el tratamiento contra los ácaros y el moho de algunas moquetas.

Los ambientadores

Algunos ambientadores contienen almizcles artificiales que liberan toxinas encontradas en la leche materna. Pueden ser inhalados o absorbidos a través de la piel o por la alimentación. Algunos de ellos han sido prohibidos en algunos países.

Los biberones

Algunos biberones contienen bisphenol-A, que se utiliza para la producción del plástico policarbonato (biberones, CD, cristales de coches) y las resinas epoxi (pegamentos, barnices, selladores dentales blancos). Un estudio de Environmental Health observó que actúa como simulador hormonal (estrógeno) y puede dañar las glándulas mamarias, el útero y el sistema genital masculino de los animales.

Los desodorantes

Los antitranspirantes en el desodorante contienen parabenes que pueden actuar como disruptor endocrino. El propilparaben actúa sobre la función reproductora del macho provocando una disminución en la producción diaria de esperma. El champú, el jabón o la crema hidratante pueden contener parabenes.

Los juguetes

Hay juguetes y muñecos que contienen nonilferol (más ftalatos). Este producto es usado como antiamarilleante para plásticos. El 90% del nonilfenol ha sido usado en detergentes industriales y ha sido prohibido en usos domésticos. Estos compuestos alteran la actividad del sistema endocrino. Altos niveles han sido encontrados en ríos donde los peces macho han desarrollado las características de hembra. Estudios recientes han demostrado que desarrollan efectos adversos sobre la producción de esperma de los mamíferos. En el 2002 un estudió demostró que el nonilferol puede dañar el ADN de glándulas que producen anticuerpos.

La pasta de dientes

Casi todas las marcas contienen triclosán que también se usa en los detergentes y material de cocina. Erradica los gérmenes pero no discrimina las bacterias del organismo que son beneficiosas. Puede favorecer las resistencias de bacterias y antibióticos.

El televisor, la nevera, el ordenador y otros aparatos

Los aparatos eléctricos y electrónicos llevan compuestos bromados para prevenir la combustión y aumentar la resistencia al fuego. Estos compuestos simulan a las hormonas tiroideas, con los consiguientes efectos potenciales sobre el crecimiento y el desarrollo.
Cuando se esté viendo la televisión hay que colocarse al menos a tres metros de distancia del aparato. Si se tiene un aparato de televisión en el dormitorio habrá que taparlo a la hora de dormir ya que puede alterar el sueño. Es aconsejable desenchufar siempre los aparatos cuando no se estén usando. Alejar de la cama del despertador, la radio y el móvil mientras se carga. Es mejor usar una bolsa de agua caliente que una manta eléctrica. Hay que colocar la pantalla del ordenador lo más lejos posible de la persona que la usa.

La electricidad estática

Las células del cuerpo humano aceptan para su buen funcionamiento un potencial eléctrico de unos 60 a 90 milivoltios. Los materiales empleados en la mayoría de aparatos que se tienen en casa o en el lugar de trabajo hacen que las personas se carguen de electricidad estática.
Algunos consejos para descaragar la energía que se va almacenando nuestro cuerpo son
caminar descalzos sobre hierba mojada o húmeda, tomar una ducha larga o un baño con sales e intentar tomar contacto con la tierra golpeando el suelo con los pies.
Es aconsejable, por no decir preciso, disminuir todo lo posible la influencia que los campos electromagnéticos tienen en nuestro entorno. La exposición a las líneas de alta tensión es la contaminación electromagnética más perjudicial. Las luces halógenas, los fluorescentes, los equipos de música, los electrodomésticos, los secadores de pelo... Hay que mantenerse lo más alejado posible de estas emisiones.

La prevención, lo más importante

Dado que estamos expuestos en nuestra vida diaria a sustancias peligrosas tendremos que procurar exponernos lo menos posible a ellas. Para ello tengamos en cuenta que muchos champús, esmaltes de uñas o lacas de pelo contienen ftalatos. Nonilfenoles (DE o disruptores endocrinos) y percloroetileno (cancerígeno y DE) se encuentran en productos de limpieza y reparación. Retardantes de llamas bromados (PBB y PBDE), que son persistentes y bioacumulativos, en mobiliario y electrodomésticos, o plaguicidas como endosulfán (persisitente, DE).

Se recomienda

Consumir productos ecológicos cultivados sin pesticidas; no utilizar plaguicidas en el hogar, jardín o huerto, utilizar productos de limpieza de base natural y biodegradable, como jabón natural, vinagre, limón o bicarbonato; utilizar productos cosméticos y de higiene naturales, evitar las pinturas, colas o aceites con disolventes sintéticos y aditivos tóxicos. Hay que intentar usar las sustancias que sabemos son seguras.
"Los efectos de los DE (disruptores endocrinos) pueden no ser importantes sobre los adultos, pero sí en individuos en desarrollo. Pueden crear desarreglos hormonales que pueden a la larga causar enfermedades graves" explica Nicolás Olea, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Granada.

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