El ojo tiene una capa superficial que se llama la conjuntiva, que lo aísla del medio externo y lo protege de las infecciones. Cuando esta capa se ve expuesta a una irritación frecuente, se vuelve más gruesa y así se forma un pterigion (vulgarmente la gente lo llama carnosidad). Es como un callo de la superficie ocular, que no tiene nada de malo.
No se conocen bien las causas que los provocan y porqué unas personas los desarrollan y otras no. Se ha argumentado que el pterigión sale por factores de exposición solar, por factores hereditarios y por factores raciales. Al irritarse el pterigión crece de tamaño y volumen y se irrita aún más. Así se autoestimula para crecer.
El pterigion tiene el aspecto de una carnosidad que aparece a nivel del ojo. Los ojos se ven irritados y estéticamente afecta a su aspecto. No es un proceso maligno.
Hay un momento en que el pterigión deja de crecer y tiende a aplanarse. Son raros los casos en donde el pterigion avanza hasta tapar la zona del centro de la visión y afecta a la vista.
No. Las gotas descongestionantes son importantes para mantenerlo no irritado y hacer que así el aspecto no sea desagradable y el pterigion no crezca mas. Pero las gotas no lo quitan. En algunos casos puede utilizarse la cortisona como antiinflamatorio que hace que el pterigion se descongestione y uno se sienta mejor: pero es peligrosa usarla por periodos prolongados. Sólo se debe utilizar cuando la prescribe el médico y por el tiempo indicado.
Sólo está indicada en aquellos casos en donde el pterigion ocluye el área pupilar. El resto, si se opera, se hace por razones estéticas. Hay una cierta tendencia a que las carnosidades operadas puedan volver a aparecer. Se estima que uno de cada 5, es decir hasta un 20% de los casos puedan regresar en los primeros meses. Hay una serie de técnicas: radiaciones, medicamentos o autoinjertos que procuran evitar que regresen. Es una cirugía ambulatoria y no requiere reposo.