Tips para una limpieza de cutis casera.
La limpieza facial es un tratamiento de belleza básico mediante el cual se eliminan restos de maquillaje y otros residuos que se han adherido a la piel y han obstruido los poros.
La limpieza de cutis no tiene porqué ser difícil y costosa. Bien al contrario, una vez que se han asimilado los cinco pasos básicos, este ritual estético se convierte en un momento muy relajante, sobre todo si puedes hacerlo todo con productos naturales.
Es necesario limpiar en profundidad la piel del cutis para que se mantenga joven, saludable y radiante. Sin embargo, dicha limpieza no debe ser excesiva y se debe hacer de forma correcta para no afectar los aceites naturales de la piel.
El objetivo de una limpieza facial es eliminar los puntos negros y las espinillas que aparecen como consecuencia de la acumulación de grasa y otros residuos procedentes del maquillaje e incluso ambientales. Además, una alimentación sana y equilibrada ayuda a prevenir la aparición de espinillas y puntos negros.
No obstante, en contra de lo que muchas adolescentes piensan, este tipo de tratamiento facial no solo no elimina el acné juvenil sino que podría empeorarlo si antes no se aplican cremas antisépticas y antiinflamatorias que eviten complicaciones.
En primer lugar, escoge jabones 100 % naturales, ya sean de miel, avena, o aloe vera. Evita los jabones baratos de tocador porque contienen detergentes que pueden ser agresivos con la piel.
Lávate la cara con jabón una sola vez al día, el resto del tiempo lava tu rostro con agua de avena. Para prepararla solo tienes que poner a remojar dos cucharadas de avena en un vaso con agua.
Recuerda exfoliar la piel de la cara, al menos una vez a la semana para facilitar la eliminación de células muertas y otras impurezas que se acumulan en la piel.
La frecuencia dependerá de las actividades que se hayan realizado y de cuánto haya estado expuesta a la contaminación. Es decir, cuando se sale a la calle lo más conveniente es lavar el rostro al llegar a casa y hacer uso de alguna crema hidratante.
Es necesario lavarse bien la cara después de hacer deporte, sudar mucho o aplicarse maquillaje.
Primero hay que abrir los poros. Este es un paso que mucha gente olvida, y que, sin embargo, es fundamental porque cuando los poros están abiertos, la piel puede absorber en profundidad las cremas y los tratamientos antienvejecimiento.
Para ello, pon a hervir agua en una cacerola y añade plantas como la lavanda o el té negro en una cacerola hasta que hierva. Después, acerca tu cara a la cacerola y cúbrete con una toalla para impedir que el vapor de agua escape. Notarás cómo el vapor del agua abre tus poros lentamente. Permanece en esta posición unos cinco minutos.
El siguiente paso de la limpieza es la exfoliación. Ayuda a eliminar toda la suciedad y células muertas de la piel. Utiliza un exfoliante especial para tu tipo de piel, en el mercado hay una amplia gama de fórmulas exfoliantes. Aplícalo ejerciendo un poco de presión sobre la piel y con movimientos circulares.
Sin embargo, si no te gustan los productos comerciales y prefieres los de origen natural, prepara tu propio exfoliante con estos ingredientes: una cucharada de avena granulada, media cucharada de azúcar, dos cucharadas de avena en copos y un poco de yogur. Mezcla todos los ingredientes hasta formar una pasta y aplícala sobre la piel del rostro con masajes circulares.
Una vez terminada la limpieza, debes cerrar los poros con un tónico facial para evitar que en ellos entren impurezas. El jugo de algunas frutas y verduras también puede emplearse como tónico natural. Es el caso del jugo del tomate, del limón y del pepino. El té verde, el agua muy fría, la menta y el vinagre de sidra de manzana también son astringentes.
El último paso es la hidratación. La crema hidratante aporta a la piel la cantidad de agua que necesitan las células para desempeñar sus funciones metabólicas. La crema hidratante proporciona una sensación inmediata de suavidad, dando a la piel un aspecto terso y radiante y evita el envejecimiento prematuro, los picores, la resequedad y la tirantez. No obstante, si tienes la piel grasa o mixta deberás utilizar una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel.
Casi todos los salones de belleza hacen limpiezas de cutis pero debido a la falta de tiempo y dinero, muchas mujeres deciden hacérsela ellas mismas en casa.
En primer lugar, lávate la cara con agua fresca y jabón. Efectúa un masaje con la yema de los dedos sobre el área del bozo, mentón, entrecejo y cuello para relajar los músculos para abrir los poros y favorecer la producción de colágeno y elastina a nivel celular. Después aplica un exfoliante con movimientos circulares.
A continuación, coloca el rostro frente a una cazuela con agua hirviendo para que el vapor de agua abra los poros del rostro. Mantén una separación de aproximadamente 30 cm. Para que este paso sea más efectivo cúbrete con una toalla. También puedes sustituir este paso por la aplicación de toallitas calientes sobre el rostro.
Una vez abiertos los poros, extrae los puntos negros apretando con la yema de los dedos envuelta en gasas asépticas para evitar infecciones. Si sangras, no continúes. Evita apretar las zonas enrojecidas y duras que anteceden al brote de barros o espinillas ya que solo lograrías empeorar esa zona.
Por último, aplica un tónico con un algodón y después una crema hidratante. Recuerda que deberás dejar pasar, al menos, dos horas antes de maquillarte, aunque lo más recomendable sería esperar hasta el siguiente día para que la piel se regenere y descanse.
La frecuencia con que debemos realizar una limpieza facial profunda varía en función del tipo de piel de cada mujer. Por ejemplo, si el cutis es graso y en él anidan puntos negros, es bueno hacer una limpieza semanal hasta que el rostro recupere el equilibrio y las limpiezas puedan espaciarse dos semanas.
Cada tipo de piel necesita una mascarilla específica. Las mascarillas para pieles secas aportan más agua de la habitual a la piel mientras que las mascarillas para pieles grasas eliminan el exceso de aceite en pieles grasas. También hay mascarillas que ayudan a eliminar las manchas de la piel, cerrar los poros o mascarillas antiarrugas. Deberás dejar actuar la mascarilla hasta que el producto se seque o, en su defecto, unos veinte minutos. Después retírala con agua tibia y seca la piel suavemente.
Una limpieza facial básica puede costar alrededor de 30 o 40 euros (30 o 40 dólares).
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