La contaminación y el estrés que sufrimos impiden muchas veces tener un rostro resplandeciente. La limpieza de la cara es una rutina inexcusable que debe seguirse tanto por higiene como para mantener el cutis más joven y luminoso. La limpieza de cutis es un procedimiento no agresivo que tiene como objetivo mejorar el aspecto de la piel, corregir la dilatación de los poros, eliminar las células superficiales y extirpar los puntos negros y los microquistes que van apareciendo con el tiempo. Una piel sin impurezas aprovechará más fácilmente los beneficios de cualquier producto, por lo que es muy recomendable cuidar el rostro cada día.
Tiene pocas impurezas, es tirante, y tiende a la formacion de escamas y arrugas.Los poros suelen ser pequeños y la piel se ve opaca y deshidratada
Poros grandes y abiertos, superficie húmeda y buena hidratación
Suele ser grasa en la zona T de la cara y tirante y áspera en los pómulos
Cada tipo de piel requiere de productos específicos para el cuidado diario
Una limpieza de cutis correcta dura aproximadamente entre 50 minutos y una hora. Se realiza en 4 pasos: pulido, extracción, descongestión y nutrición de la piel.
Una limpieza de cutis a fondo en manos de una profesional debe realizarse una o dos veces al año. Dejará la piel en perfectas condiciones para afrontar los cambios de tiempo, la contaminación de las ciudades o diferentes problemas del medio ambiente.
Estudiará las características de nuestro cutis. Desmaquillará primero los ojos, los labios y la cara con una leche limpiadora: la leche se retirará con esponjas húmedas aplicando a continuación el tónico aplicado con un algodón. Pondrá a continuación una crema de sudación.
Aplicará vapor de ozono de 5 a 10 minutos. Pasará la ventosa.Quitará los puntos negros, las espinillas, etc.
Pasará los electrodos de cara (rojo: calma, violeta: desinfecta y cicatriza). Realizará un masaje facial con crema nutritiva según el tipo de piel. Pasará el electrodo (alta frecuencia) con forma de horquilla por el cuello.
Aplicará un ducha filiforme (pulverizaciones tipo lluvia). Si han sido solicitados pondrá los tratamientos especiales. Pondrá la mascarilla adecuada a cada tipo de piel. Retirarará la mascarilla. Realizará la pulverización o ducha fría.
Finalmente aplicará la crema base adecuada a cada tipo de piel
Dejar la cara despejada recogiendo bien el pelo o colocándose una cinta de pelo. Si es necesario depilaremos el labio superior y la barbilla. Cuando hace falta repasaremos las cejas con unas pinzas.
Haremos un masaje suave de la cara con leche limpiadora para favorecer la penetración de la leche. Poner la cara en vapor de agua hirviendo de 5 a 10 minutos: colocar una olla con agua y hierbas aromáticas - tila, salvia, manzanilla o menta- hasta que hierva, tapando la cabeza con una toalla para que los poros se abran más fácilmente. Eliminar las espinillas y puntos negros presionando con suavidad a su alrededor con gasas estériles o algodón.
Retirar los restos de leche limpiadora. Aplicar un tónico. Poner la mascarilla adecuada al tipo de piel
Retirarla con una infusión tibia (se puede usar el agua que se ha utilizado para el vapor). Aplicar una ducha fría o cubitos de hielo.
Poner crema base