Las lesiones vasculares de la retina representan un tipo de patologías bastante frecuentes en las personas adultas.
Por lo general, estas lesiones provocan una disminución significativa de la agudeza visual.
Oclusión de la arteria central de la retina
La oclusión de la arteria central de la retina provoca la ceguera repentina e inmediata del ojo afectado.
Esta lesión vascular no causa dolor.
Signos físicos:
Midriasis y ausencia del reflejo fotomotor directo (el ojo permanece quieto ante el estímulo de la luz).
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Examen del fondo de ojo
Se puede observar:
Presencia de un edema retiniano isquémico y de una mancha de color rojo cereza.
Ausencia de hemorragia.
Las arterias toman un aspecto de "corriente granulosa".
En algunos casos es posible observar una embolia (punto blanco y brillante en el origen de la arteria central de la retina).
En caso de oclusión de una de las ramas de la arteria central, los signos fisiológicos son menos evidentes (la disminución de la agudeza visual ocurre sólo si existe una lesión macular).
El pronóstico es negativo: la pérdida de la visión es irreversible.
El fondo de ojo retoma un aspecto casi normal de manera progresiva aunque aun existe una atrofia óptica.
El tratamiento podrá ser efectivo sólo si se realiza durante los minutos siguientes al accidente.
Este tratamiento consiste en inyectar vasodilatadores retrobulbares y en usar anticoagulantes y fibrinolíticos para provocar una hipotonía ocular .
Oclusión de las venas retinianas
Impedimento del retorno venoso debido a la oclusión del tronco la vena central de la retina o de alguna de sus ramas.
La agudeza visual disminuye rápidamente. En algunos casos, esta disminución de la agudeza visual es precedida por una visión borrosa.
En un primer momento, es posible que esta oclusión solo afecte a una parte del campo visual. Durante esta etapa el paciente no siente ninguna molestia importante por lo cual el diagnóstico de este accidente vascular puede tardar mucho.
El paciente no presenta dolor.
El reflejo fotomotor se mantiene.
Para diagnosticar esta lesión vascular es necesario realizar un examen del fondo de ojo.
El diagnóstico queda confirmado cuando el examen muestra:
Una retina salpicada de hemorragias.
Venas dilatadas.
Un edema papilar y retiniano.
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La angiografía fluoresceínica permite determinar la ubicación y el tipo de oclusión. Asimismo, este examen permite determinar los daños causados en el tejido retiniano.
El tratamiento consiste en utilizar fibronolíticos asociados a antiagregantes. En algunos casos también es posible utilizar inyecciones de corticoides.
Por lo general, es necesario recurrir a un tratamiento con láser para evitar la neovascularización.
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