El folículo piloso se divide en tres partes: el bulbo pilar (la "raíz"), en el cuero cabelludo, la funda epidérmica, invaginación de la piel del cuero cabelludo, que forma un canal que permite salir al pelo y el tallo piloso: es aquí donde se encuentra la patología, ya que la estructura de las moléculas de queratina se debilita por la sequedad, confiriendo al cabello un aspecto seco y apagado. Las puntas se dañan y se abren.
Por lo general, esto es el resultado de un "maltrato" de los tallos pilosos:
La utilización de champú para cabello seco y cosméticos (bálsamos capilares...) tiene generalmente un efecto temporal.
Se puede actuar de manera constante a dos niveles:
Cortar las puntas horquilladas ya que el daño causado a la queratina es irreparable. Cortar las puntas algunos centímetros es la única forma de eliminar las horquillas.
Para que los tallos pilosos estén saludables se debe tratar los bulbos pilosos, tomando durante algunos meses, en ausencia de contraindicaciones, complementos alimenticios para cabellos secos. Por lo general, estos últimos contienen nutrientes y vitaminas (B5, B6, H...).