Acné es el nombre con el que se conoce a las espinillas y puntos que surgen en la piel debido a procesos inflamatorios de las glándulas sebáceas. Son más comunes en la adolescencia, aunque también pueden aparecer en edad adulta.
La aparición de espinillas suele estar relacionada con los niveles de hormonas, que empiezan a ser producidos durante la pubertad y generan alteraciones en las características de la piel. Las hormonas sexuales que causan el acné son producidas tanto por hombres como por mujeres, y estimulan las glándulas sebáceas de la piel, especialmente en el rostro, la espalda, los hombros y el pecho.
Otros factores, como las situaciones de estrés, la menstruación, algunos medicamentos corticoides, las vitaminas tipo B, y el contacto con aceites o productos grasos pueden agravar el surgimiento de espinillas y puntos en el rostro.
Cuando antes comience el tratamiento contra el acné, mejor tanto desde un punto de vista estético como por cuestiones de salud de la piel, para evitar cicatrices. El tratamiento varía en función de la intensidad de los síntomas, pero puede incluir terapia tópica u oral, además de una combinación de ambas.
Para el tratamiento tópico, los profesionales emplean pomadas con ácido salicílico, peróxido de benzoilo, retinoides (tretinoína, adapaleno), antibióticos y ácido azeláico. En los casos más graves se incluye el uso de amtibióticos orales (ciclinas) asociados al tratamiento local.
Las mujeres pueden sacar beneficio del tratamiento con anticonceptivos orales para combatir el acné. Los peelings químicos, la microdermoabrasión, algunos tipos de láser y luces, además de las exfoliaciones químicas, son otras alternativas para combatir el acné, tanto en la adolescencia como en la edad adulta.
Importante: cualquier uso de estos medicamentos y tratamientos médicos debe estar prescrito y supervisado por un dermatólogo.
En los casos más graves de acné es necesario emplear medicamentos específicos, tales como la isotretinoína oral, que debe ser ingerida prestando mucha atención, ya que está contraindicada en casos de posible embarazo, además de provocar efecto secundarios como labios, nariz, piel y ojos resecos, aumento del colesterol, y una disminución de los triglicéricos y las encimas hepáticas. Quienes toman este tipo de medicamentos deben evitar exponsiciones prolongadas al sol y el consumo de bebidas alcohólicas.
Actualmente, las farmacias disponen de una serie de pomadas para tratar las espinillas, además de las que pueden ser obtenidas solo a través de prescripción médica. En general, el acné vulgar (presencia moderada de espinillas y puntos), los dermatólogos utilizan peróxido de benzoilo, comercializado bajo el nombre de Bnoxygel, Oxiderma, Peroxone, Duac, Benzac y Asepxia. Los casos de acné interno necesitan ser tratados con pomadas a base de adapaleno.
La mejor forma de combatir las espinillas consiste en controlar la oleosidad de la piel, algo que puede conseguirse com productos naturales como el té de menta, que sirve para lavar el rostro o cualquier otra zona afectada a diario.
El arroz y la miel también ayudan a desinflamar la piel. Basta con mezclar y batir dos cucharas de arroz cocido y una cuchara de miel y aplicar esa mezcla pastosa en el rostro a modo de máscara, y dejarla actuar durante 15 minutos.
Las manchas de las espinillas, principalmente las de las que fueron extraídas, pueden tardar mucho tiempo en desaparecer y, en algunos casos, pueden dejar un rastro resistente al tiempo. Para combatir estas señales es posible tomar remedios caseros o, incluso, pedir al dermatólogo que aconseje una serie de medicamentos. El peeling también ayuda a retirar este tipo de manchas del acné.
Una solución casera para retirar estas manchas es usar vinagre de manzana y cebolla. Solo hace falta cortar una cebolla por la mitad y empaparla en una cuchara que contenga vinagre de manzana. Tras 10 minutos, hay que restregar la cebolla sobre las manchas y dejar que haga efecto durante 10 minutos, para finalmente enjuagar con abundante agua.
El alore vera también ayuda a regenerar la piel y eliminar manchas. Basta con colocar la pulpa de la planta en un recipiente y añadir el jugo de un limón. La mezcla resultante debe ser aplicada sobre el rostro en movimientos circulares. Tras 20 minutos haciendo efecto, se puede retirar. Atención: asegúrate de lavar bien tu rostro y evita el contacto con el sol para que el limón no cause manchas en la piel.
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