La manera más eficiente de evitar el contagio de la influenza A H1N1 es vacunarse. Las personas que se encuentren en riesgo de contacto directo con el virus y los pacientes más vulnerables deben vacunarse.
El personal de salud, el personal médico y el personal de primeros auxilios deben recibir la vacuna contra la gripe A H1N1 de manera prioritaria, ya que por su trabajo pueden estar en contacto directo con personas afectadas por este tipo de influenza o con pacientes que presenten factores de riesgo.
Las mujeres embarazadas a partir del segundo trimestre de embarazo también deben vacunarse, así como las personas en contacto frecuente con bebés de menos de 6 meses, para evitar la propagación del virus de la influenza A H1N1.
Asimismo, deben recibir la vacuna los niños de 6 a 23 meses de edad que presenten factores de riesgo o que son afectados por una enfermedad crónica, como insuficiencia cardíaca severa, trastornos del ritmo cardíaco, cardiopatías valvulares o congénitas.
También deben vacunarse los niños que padezcan enfermedades respiratorias como asma, bronconeumonía crónica obstructiva, enfisema, insuficiencia respiratoria crónica grave; u otro tipo de padecimientos, como diabetes, fibrosis quística, afecciones neurológicas y musculares, cáncer, déficit inmunitario primitivo grave, patologías renales y si toman medicamentos inmunosupresores o reciben tratamiento con quimioterapia
Para la influenza (gripa) estacional, el caso es el mismo: la vacuna es la mejor forma para evitar el contagio. Este tipo de vacunas se han usado desde hace más de 60 años. La vacuna previene el contagio. También, en caso de enfermarse, minimiza los síntomas y la gravedad de la enfermdad.
Es importante vacunarse cada año, ya que los virus de la influenza se adaptan fácilmente. Es probable que la vacuna del año anterior no sea eficaz para los nuevos virus. Los organismos de salud monitorean los virus de la influenza presentes en la población para reformular la vacuna cada año.
Además de la vacuna, la prevención se complementa con medidas de higiene y protección.
Algunas medidas que puedes adoptar para evitar el contagio de la influenza estacional son: lavarse las manos de forma regular; cubrirse la boca y la nariz al estornudar o toser, puedes taparte con un pañuelo y desecharlo después o cubrirte con el antebrazo.
No tocarse la nariz, los ojos ni la boca. Evitar acercarse a personas que presenten síntomas o ya estén enfermas. En caso de sentir los primeros síntomas de la gripa (como fiebre o malestar), aislarse y disminuir el contacto con otras personas.
Si eres alérgico al huevo, debes consultar con el médico antes de vacunarte contra la influencia. Casi todas las vacunas contra la influenza contienen una pequeña cantidad de proteínas de huevo. Lo más seguro es que sí puedas vacunarte, pero bajo supervisión en el hospital por si presentas alergia puedan controlarla de forma segura. También hay vacunas que no contienen proteínas de huevo, pregunta al personal médico.
Asimismo, si ya sufriste una reacción grave a la vacuna contra la influenza, consulta a tu médico antes de decidir sobre la vacuna y para conocer otras alternativas.
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