El herpes zóster se produce debido a la reactivación del virus de la varicela. Sólo las personas que han sufrido de esta patología pueden ser afectadas por un herpes zóster. Después de haber contraído el virus de la varicela, otro virus que se queda en el organismo puede resurgir en caso de baja de las defensas inmunitarias.
El herpes zóster se manifiesta por erupciones cutáneas. Generalmente aparecen sobre el tórax pero es posible encontrarlos sobre la cara y sobre el cuerpo.
Antes de la erupción cutánea, los síntomas del herpes zóster son:
Luego, aparecen erupciones cutáneas. Se trata de pequeñas vesículas localizadas en el trayecto de un nervio sensitivo. Después de algunos días, las vesículas secan y forman cortezas que acaban por caer. Este ciclo puede durar entre 2 y 4 semanas.
El herpes zóster puede aparecer cuando la inmunidad del organismo disminuye. Ciertas personas son más propensas a contraer este virus:
Existen actualmente dos tipos de tratamientos para combatir el herpes zóster.