Los nuevos procedimientos de fabricación de la industria agroalimentaria pueden desarrollar nuevos alérgenos alimentarios con un potencial alergénico fuerte, algunos de ellos pueden provocar reacciones severas.
Los neoalérgenos alimentarios que no existen naturalmente han sido desarrollados a partir del año 2000.
Los hidrolizados de proteína de trigo representan nuevos alérgenos alimentarios provenientes de procedimientos de fabricación utilizados con el fin de obtener la solubilización del gluten por desamidación.
Los hidrolizados de proteína de trigo son preparaciones industriales efectuadas a partir del gluten presente en la harina de trigo. Dos procedimientos son utilizados para terminar en una desamidación del gluten, el tratamiento con pH ácido o el tratamiento por enzimas. Estas propiedades permiten un uso diferente en numerosas preparaciones alimentarias.
Los hidrolizados de proteínas de trigo son utilizados como agentes flexibles y emulsificantes y están presentes en las carnes reconstituidas, los embutidos industriales, las sopas y las salsas.
Según el Dr. Fanny Codreanu-Morel del servicio de immunoalergología del Centro hospitalario de Luxemburgo, las reacciones alérgicas severas a los hidrolizados de proteínas de trigo son responsables del 1,15 % de las alergias severas desde el 2002.
Los procedimientos de fabricación de los hidrolizados de proteínas de trigo modifican la alergenicidad natural creando nuevos alérgenos pero también pueden aumentar la alergenicidad.
Es posible que la persona sea alérgica únicamente a los hidrolizados de trigo pero no a la harina natural de trigo o sea sensible a la harina de trigo pero que reacciona sólo a los hidrolizados de trigo.
Las personas alérgicas a los hidrolizados de proteínas de trigo no tienen ningún medio de saber si el producto que consumen contiene harina natural de trigo, al que no es alérgico o una proteína hidrolizada de trigo ya que la directiva europea impone el etiquetado de los cereales que contiene gluten, sin otra precisión.
Los hidrolizados de proteínas de trigo pueden encontrarse en productos cosméticos como la mascarilla o champús y provocar reacciones cutáneas.