Las alergias al vino no son tan raras y pueden provocar entre 15 y 30 minutos después del consumo de vino una rinitis, una crisis de asma, una urticaria o dolores abdominales.
Es a veces difícil de determinar con precisión cuál es el alérgeno responsable de manifestaciones alérgicas ya que numerosas sustancias son encontradas en el vino. La presencia de alérgenos ocultos puede volver el diagnóstico difícil.
Los sulfitos son compuestos químicos utilizados como conservantes en la mayoría de los vinos, en particular en los vinos blancos y los champañas .La presencia de sulfito es obligatoriamente indicada en las etiquetas. Numerosos vinos biológicos contienen menos sulfitos.
Numerosas glicoproteínas están a menudo presentes en el vino. Un estudio danés, publicado en 2010 en el "Journal of Proteome Research" reveló la presencia de 28 glicoproteínas, de las cuales 13 provienen del vino y 15 de las levaduras en un vino blanco. Algunas de ellas provienen de vegetales como los melocotones o las cerezas.
La alergia a la uva es rara.
Los alérgenos de abeja y de avispa pueden ser encontrados en el vino joven.
Ciertos vinos contienen lisozimas de huevo y de caseína destinados a aclararlos y a hacerlos más cristalinos.