Los miomas se encuentran habitualmente en el cuerpo uterino, aunque también pueden aparecer en el cuello uterino.
Según su localización podemos encontrar los tumores subserosos (el 50%), intramurales (40%) o submucosos (5%).
Tumores benignos
También se les puede denominar leiomiomas o fibromas uterinos.
Son masas anormales de tejido muscular liso que se localizan en y alrededor del útero y, ocasionalmente, a nivel del cuello del útero.
Se originan en las células del músculo liso que se encuentran en las paredes del útero.
Pueden ser únicos o múltiples.
Generalmente disminuyen de tamaño después de la menopausia y por esta razón a menudo no requieren tratamiento.
No se conocen sus causas
Su desarrollo podría estar en relación con los estrógenos.
Se acepta que es un tumor estrógeno-dependiente.
Podría haber también un factor hereditario.
Síntomas
A menudo son asintomáticos.
Los síntomas más frecuentes abarcan:
hemorragias uterinas anormales: es el síntoma más frecuente.
ciclos menstruales irregulares.
dolores en la región pélvica o abdomen bajo.
dismenorrea o dolores menstruales intensos.
síntomas compresivos de órganos vecinos.
sensación de compresión abdominal.
lumbalgias.
síntomas urinarios.
parto prematuro.
Miomas y esterilidad femenina
En algunas ocaciones pueden contribuir a un problema de infertilidad.
Generalmente se asocian a otras causas de infertilidad y como causa única de infertilidad sólo aparecen en el 2 al 3% de pacientes infértiles.
También se han relacionado con abortos de repetición.
Raras veces se malignizan
Los miomas son tumores benignos: aproximadamente una de cada 10.000 pacientes con miomas presentarán un tumor maligno llamado leiomiosarcoma.
El crecimiento suele ser rápido y aparecen especialmente en mujeres post-menopáusicas.
Diagnóstico
Generalmente basta un simple examen pélvico manual por parte del ginecólogo.
La ecografía pélvica: es el método más altamente fiable en el diagnóstico de estas lesiones.
El TAC o scanner, la resonancia magnética, la histeroscopia o la laparoscopia diagnóstica son otros métodos que también se pueden utilizar para el diagnóstico.
¿Siempre deben tratarse?
La respuesta es NO: si no dán síntomas tan sólo se realiza un seguimiento con un examen pélvico manual y/o ecografía para el control del crecimiento o cambios significativos en el tamaño del mioma.
A menudo al llegar la menopausia los miomas tienden a disminuir significativamente de tamaño y en algunos casos eventualmente llegan, incluso, a desaparecer.
Cuando se detecta un crecimiento, en el caso de miomas grandes o que provocan muchos síntomas se plantea un tratamiento médico o quirúrgico.
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