Los dolores en la ingle y en la región inguinal constituyen un motivo muy frecuente de consulta médica. Este dolor puede ser un síntoma común de varias patologías cuyo diagnóstico se basa en la localización precisa del dolor.
El dolor en la ingle, también conocido como dolor inguinal, puede ser secundario a un dolor proyectado desde un órgano intra-abdominal o de una pierna.
La ingle se sitúa entre la zona inferior del abdomen y el muslo. La región inguinal es una parte del cuerpo humano que cuenta con abundantes nervios (ilioinguinal, iliohipogástrico, genitofemoral, crural y obturador) y dos músculos (el derecho femoral y el músculo psoas).
La mayoría de las veces, el dolor inguinal es irradiado. Esto significa que el dolor no nace en la ingle sino que procede de otra parte del cuerpo, como por ejemplo la cavidad abdominal, una zona que comprende el contenido musculoesquelético, por tanto, segmentos vertebrales lumbares y sínfisis pubiana. En ocasiones, el dolor se origina en el contenido visceral (tracto gastrointestinal) y en los miembros inferiores (articulación coxofemoral).
El diagnóstico diferencial de un dolor inguinal se basa en la localización precisa del dolor en la región inguinal: región inguinal anterior, región inguinal proximal (alrededor del ligamento inguinal), sínfisis del pubis (articulación anterior de la pelvis), región inguinal interna (alrededor de los abductores) y región trocantérea (parte del fémur).
Se recomienda consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso, un análisis a fondo y un tratamiento adecuado.
El dolor inguinal puede deberse a un traumatismo (contusiones, distensiones de un ligamento muscular, fracturas, etc.), a una tendinitis (músculo aductor, psoas, piramidal, etc.) y a la artrosis o artritis de la cadera.
También producen dolor inguinal el dolor raquídeo, la cadera en resorte (sensación de chasquido al nivel de la articulación la cadera), una lesión del labrum (lesión de la articulación coxofemoral), necrosis aséptica de la cabeza femoral, osteoporosis, bursitis, hernias inguinales y femorales, pubalgia, tumores y trastornos neurológicos.
Los dolores inguinales también pueden ser provocados por patologías urológicas, ginecológicas (final del embarazo) y gastrointestinales.
Si durante una exploración, el médico detecta una pequeña masa, lo más probable es que el dolor lo produzca una hernia inguinal o crural.
El riñón también puede estar involucrado en el dolor inguinal. El dolor de un cólico nefrítico aparece como consecuencia del bloqueo de las vías urinarias por un cálculo. Esto produce un dolor que parte de un lado de la espalda, rodea el costado y desciende hasta la ingle para terminar en los genitales.
Algunas patologías en los tendones, la osteoartritis de la cadera y otros músculos producen dolor inguinal.
Dos factores de riesgo del dolor inguinal son la edad y los traumatismos que haya sufrido una persona en esa zona a lo largo de su vida.
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