La acción analgésica se define por cualquier proceso que tiene como acción reducir el dolor. Puede tratarse no sólo de un fármaco, sino de cualquier otro método para obtener analgesia, es decir, la supresión de la sensación de dolor. Básicamente, existen tres clases de analgésicos cuya acción y efectos son diferentes. Debido al incremento de los efectos adversos, los analgésicos más potentes se utilizan en caso de dolor resistente a los analgésicos habituales. El paracetamol, el ibuprofeno y la aspirina son las moléculas que más se consumen como analgésicos. Los mórficos, que actúan sobre el sistema nervioso central, son los más potentes, pero también son los que provocan mas problemas. El analgésico se puede administrar por vía oral, rectal, por inyección o aplicación tópica de acuerdo con el tipo y la intensidad del dolor. Ciertas moléculas cuyo primer fin no es analgésico, tienen también propiedades antiálgicas.