La estomatitis angular es una lesión inflamatoria de la piel situada en las comisuras de los labios. A menudo es de origen infeccioso. Se encuentra principalmente en las infecciones micóticas por Cándida Albicans (un hongo microscópico), también puede ser causada por un virus, como la estomatitis herpética, o por una bacteria como en la sífilis o una infección por estreptococo. También puede tener un origen nutricional. Aparte de las formas debidas a la Candida, especialmente en pacientes ancianos o inmunodeprimidos, es decir, cuyas defensas están reducidas, la estomatitis angular aparece habitualmente en niños secundaria a la impetiginisación, que es una sobrerinfección de una lesión causada por un estreptococo.
Las estomatitis angulares son la mayoría de las veces bilaterales: aparecen en ambas esquinas de los labios. Las comisuras labiales se vuelven muy secas, de color rojo, más raramente blanquecinas. Estas lesiones evolucionan hacia la formación de grietas o costrasque son dolorosas cuando se trata de hablar, sonreír o comer, y al mismo tiempo así se impide su cicatrización. La estomatitis angular se puede extender a la mejilla o dentro de la boca. En caso de lesión de impétigo, la estomatitis angular puede aparecer con un tinte ligeramente amarillento.
El diagnóstico es clínico, y ningún examen complementario es necesario.
No es recomendable humedecer las comisuras de los labios con la lengua para luchar contra la sequía de las heridas: esto sólo provocaría retrasar la curación y potencialmente infectaría estas áreas. Normalmente, la infección desaparece por a sí misma. En caso de lesión amarillenta se prescribe un tratamiento con antibiótico. En personas conocidas como inmunodeficientes si las lesiones bucales se asocian con la Cándida (muguet bucal) se pueden tratar con medicamentos antimicóticos. En caso de infección resistente, es aconsejable consultar a un médico para que le recete una crema antifúngica (contra los hongos) o antibacteriana, según el origen sospechado.
Para evitar la recidiva, en primer lugar es necesario evitar lamer las comisuras de la boca ya la humidificación crea un entorno propicio para la sobreinfección por bacterias y hongos. Sin embargo, si sus labios tienden a estar secos es conveniente hidratarlos regularmente con un bálsamo labial. Por último, una buena higiene bucal y el cuidado dental regular son primordiales.