Destinada a regular la temperatura corporal, la transpiración es un fenómeno normal, pero no agradable por eso. Si una situación estresante favorece el sudor, puede también provocar una angustia de no sentirse limpio.
La transpiración implica la producción de sudor y a veces de malos olores. Este fenómeno es a menudo mal percibido por los demás. Esto puede ocasionar una baja autoestima en la persona.
Un estudio, realizado por el instituto GMI en enero de 2012, demostró que la mitad de las personas interrogadas temían a la transpiración en su vida social.
Algunas situaciones sociales que pueden propiciar el estrés y el sudor:
La disminución de la confianza en sí mismo puede explicarse por la aparición de angustias como:
El miedo de transpirar influye en el comportamiento y puede tener consecuencias desagradables tales como:
La utilización de un antitranspirante permite evitar todo estrés suplementario. Ciertos productos que hay que aplicar por la noche, como Rexona Maxima Protección, estabilizan la transpiración y permiten sentirse fresco en cualquier momento del día.