Frecuentes en las mujeres en diferentes etapas de su vida, los sudores nocturnos son un síntoma de origen hormonal, generalmente benigno. También pueden afectar a hombres y mujeres en un contexto de enfermedades más o menos graves.
Los sudores nocturnos (o bochornos nocturnos) se manifiestan por una transpiración repentina, lo que puede mojar las sábanas y la ropa durante el sueño. La rapidez y su carácter excesivo pueden indicar un origen patológico.
Antes de realizar un examen médico, asegúrate de que estos sudores no estén relacionados con una temperatura alta de la habitación, el uso de ropa demasiado gruesa o los efectos secundarios de un tratamiento con medicamentos, en cuyo caso es bueno consultar a un médico.
Durante el ciclo menstrual, los bochornos nocturnos pueden ocurrir en dos momentos particulares: en el período premenstrual y durante la llegada de la menstruación. Estos se manifiestan por sensaciones breves de frío y calor, a veces acompañadas por sudores durante la noche. Estos sudores coinciden con la fase del ciclo menstrual en el que el nivel de estrógeno es menor.
Los bochornos y sudores son síntomas típicos de la menopausia, que pueden ocurrir tanto de día como de noche. Los sudores nocturnos excesivos pueden interrumpir el sueño, afectando la calidad de vida. Estos síntomas son una de las razones más frecuentes de consulta médica para las mujeres en el período de menopausia.
Con el fin de atenuar este tipo de síntomas, se implementan tratamientos que implican un cambio de dieta (reducción de bebidas calientes, café, alcohol, comida picante), ejercicio, relajación y terapia hormonal (una combinación de estrógeno y progestina). En raras ocasiones y dependiendo del caso, se pueden recetar algunos antidepresivos y medicamentos para la hipertensión.
Las causas no orgánicas de los sudores nocturnos implican, principalmente, las pesadillas, el estrés y las fases de estrés postraumático, el síndrome de cansancio crónico y la abstinencia de tabaco, alcohol o cannabis en individuos dependientes de estas drogas. También pueden aparecer como efectos secundarios de un tratamiento con medicamentos y por una alimentación muy picante.
Los sudores nocturnos requieren una consulta médica si se repiten de manera injustificada. En efecto, se asocian con otros síntomas (en la mayoría de los casos) y pueden ser un signo de enfermedad grave (infección o cáncer), como la leucemia linfoide crónica (cáncer de la sangre), enfermedad de Hodgkin (cáncer de los ganglios), pleuresía, pielonefritis crónica, tuberculosis, infección del VIH e hipotiroidismo.
Otras causas conocidas de los sudores nocturnos incluyen hiperhidrosis idiopática (producción excesiva de sudor sin una razón médica claramente identificada), la enfermedad por reflujo gastroesofágico (RGE) y apnea del sueño, entre otras.
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