El sudor es un mecanismo natural de nuestro cuerpo que tiene dos funciones primordiales: regular la temperatura corporal y eliminar sustancias nocivas para la salud. Sin embargo a veces nos juega malas pasadas ya que emite olores desagradables que pueden llegar a desacreditar a una persona e, incluso, a provocar verdaderos problemas de tipo social.
Las glándulas sudoríparas, situadas en el tejido subcutáneo, son las encargadas de producir el sudor. Está compuesto fundamentalmente por agua, en la que se encuentran disueltos lactatos, cloruro sódico y amoníaco. Las glándulas pueden ser de dos tipos:
Desodorantes con alcohol y perfumes: neutralizan el mal olor controlando la acción de las bacterias presentes en la axila por la acción del alcohol. Su eficacia dura hasta que desaparece el perfume. Cada vez se utilizan menos desde que han aparecido los antitranspirantes que son menos nocivos.
Los antitranspirantes: regulan el olor y la humedad. Emplean bases de aluminio que se disuelven al entrar en contacto con el sudor y la humedad y forma como un gel que bloquea la cantidad de sudor que segregan las glándulas ecrinas. Son eficaces durante 24 horas aunque si aumenta la sudoración, la humedad puede eliminar las partículas. No son nocivos, ya que el sudor es eliminado por otras zonas del cuerpo. En algunas pieles muy sensibles pueden ser irritantes.
Actualmente el objetivo de los fabricantes es obtener la combinación adecuada del factor desodorante con el antitranspirante: eliminar las sales de aluminio de la composición e incluir otros ingredientes que no se limiten a retener la humedad de las axilas, sino que impidan la degradación de la transpiración en malos olores.
El desodorante ideal es aquel que combina tanto fragancias como ingredientes antitranspirantes. La novedad en cuanto a su formulación es la inclusión de aceites esenciales. No hay desodorante que sea eficaz si la piel sobre la que se aplica no está limpia.
Si el problema es de mal olor se debe utilizar un antimicótico. Si el problema es un esceso de sudor se puede usar un talco antitranspirante.
Para que tu talco desodorante sea efectivo se debe usar todos los días después del baño diario. Se debe evitar el choque de aromas y que la combinación de distintos perfumes se vuelva desagradable. Si la piel es muy sensible utilizar un talco desodorante que no irrite.