La planta de comino se encuentra principalmente en los continentes de Asia y Europa. Existen diferentes variedades entre las cuales una se cultiva por sus semillas, llamadas de comino negro, que se utilizan como especies.
Desde hace tiempo se utilizan como plantas medicinales; la semilla de comino tiene virtudes tranquilizantes, revitalizantes y antiinflamatorias y se utiliza particularmente en ciertas culturas contra los problemas dermatológicos, como el eczema, la psoriasis o las quemaduras. También tiene efectos en algunas enfermedades respiratorias y para aliviar el reumatismo y las inflamaciones. Su uso debe ser cuidadoso, porque en dosis altas existe un riesgo de toxicidad.