El fenómeno de hinchazón de tobillos es difícil de tratar. Pero las pequeñas acciones cotidianas y médicas pueden ayudar a que los tobillos vuelvan a la normalidad.
Pueden deberse a varias causas, como un traumatismo, una caída, una lesión, una fractura, un esguince, una artritis reumatoide, una articulación infectada, un problema de gota, un problema de artrosis u otra enfermedad degenerativa.
En estos casos la causa se debe a una acumulación de líquido en los tejidos blandos de las extremidades inferiores. Entre las posibles causas se encuentran la inactividad, el embarazo, el exceso de peso, la obesidad, una insuficiencia cardiaca o una enfermedad del riñón (insuficiencia renal).
Entre los ejercicios y los movimientos que se pueden hacer para evitar la mala circulación, está acostarse boca arriba y levantar las piernas; andar de puntillas o sobre los talones; encoger los dedos de los pies intentando arrugar una toalla o tomando un rotulador y después relajarlos; hacerse masajes; realizar una dieta alta en fibra y alimentos con vitamina B, C y potasio; hidratarse bien (beber 2 litros de agua al día); hacer ejercicio y evitar el sedentarismo.
Este problema puede aparecer en caso de diabetes, hipertensión arterial, mala alimentación, falta de actividad física, usar ropa ajustada, estrés, deshidratación o por la edad. También ciertas enfermedades pueden ser las responsables como la arteriosclerosis, la trombosis venosa, la enfermedad vascular periférica, enfermedad arterial periférica o el fenómeno de Raynaud.
La causa se debe a un problema de mala circulación de la sangre que conlleva la retención de líquidos. Para mejorar la circulación debemos mantener las piernas en alto, estar activo, caminar, hacer masajes o aplicar corrientes y no cruzar las piernas cuando estamos sentados.
El tratamiento del tobillo que ha sufrido una torcedura comienza con R.I.C.E (por sus siglas en inglés), que significa: descanso, hielo, compresión y elevación en español. Este tratamiento va a acelerar el proceso de curación y puede prevenir el dolor crónico en el futuro.
En cuanto al descanso se recomienda no estar de pie durante las primeras 48 horas. El hielo también se debe aplicar durante 24 horas, con episodios de 20 minutos cada 3 a 4 horas (no excederse, ya que el hielo puede quemar la piel). Aplicar un vendaje compresivo apretado, pero sin que llegue a cortar la circulación (si está demasiado apretado, los dedos se pondrán fríos). En cuanto a la elevación, se recomienda mantener el tobillo elevado tratando que esté más alto que el corazón. Si los síntomas son importantes o no ceden en unos días hay que acudir al médico.
La causa de los tobillos hinchados es la mala circulación de la linfa (líquido que recorre los vasos linfáticos) y de la sangre en la parte baja de las piernas. El mal funcionamiento de los canales linfáticos y la mala circulación venosa permiten a la celulitis instalarse a la altura de los tobillos. La retención de líquidos, los factores hereditarios o el embarazo pueden ser el origen de este fenómeno.
La práctica regular de deporte y un régimen alimentario pobre en grasas limita la aparición de la celulitis. Lo importante también es sentirse bien. En el día a día, puedes caminar o andar en bicicleta en vez de usar el coche o el transporte público, por ejemplo.
Si, además de hinchazón de tobillos, eres víctima del cansancio de piernas, puedes hacer algo tan simple como meter los pies en agua fría o elevarlos para estimular la circulación venosa. Una posición elevada de los pies permite a la sangre remontar las piernas.
El drenaje linfático favorece la subida del líquido linfático hacia las venas y el corazón, lo que además permite descongestionar las piernas de la linfa que se acumula de forma natural. El drenaje linfático es un masaje realizado por un masajista fisioterapeuta.
La liposucción es una de las posibles soluciones, pero no esperes milagros de este tratamiento que, si bien afina los tobillos, no permite erradicar completamente este fenómeno.
Si la hinchazón de tobillos causa verdaderos problemas de salud, es necesario consultar a un especialista en cirugía vascular o a un angiólogo.
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