El masaje cardíaco es una práctica de emergencia para intentar mantener a una persona con vida después de que su corazón haya dejado de latir.
Los signos de un paro cardíaco son bastantes fáciles de identificar: la persona está inanimada, no respira y no tiene pulso palpable.
Se debe pedir ayuda inmediatamente en este caso a través del número de teléfono del SAMU o el Servicio de Emergencias local. La auscultación del corazón no encontrará ruidos cardíacos y esto pone de manifiesto la mayor urgencia.
El masaje cardíaco es una técnica que pretende reactivar el músculo cardíaco o suplir su función de bomba sanguínea permitiendo la eyección de una parte de la sangre a través de la aorta con destino a los órganos vitales. Consiste en presionar rítmica y vigorosamente el lado superior del tórax, a una frecuencia de 100 por minuto. Paralelamente, en ausencia de respiración espontánea, un boca a boca debe ser practicado para asegurar la ventilación. En ausencia de atención médica especializada, el masaje cardiaco se debe hacer en forma de 30 impulsos alternando con dos insuflaciones de aire. Esta técnica no debe ser detenida antes de que llegue la ayuda médica y todo el mundo debería saber practicarla. Según algunas estadísticas, en el 80% de los casos, una persona tendrá que hacer frente a esta situación con un miembro de su entorno.