La ducha vaginal es la introducción en la vagina de agua pura o de una solución de agua que contiene un producto antiséptico, un medicamento o vinagre. La ducha vaginal se puede realizar con una pera, un embudo o por una lavativa. Se utilizó durante mucho tiempo como método anticonceptivo. Actualmente está contraindicada, incluso cuando se utiliza en la higiene puntual o cotidiana. Perjudica a la flora vaginal y puede provocar infecciones en el útero o en las trompas de Falopio. También se la relaciona con un riesgo incrementado de embarazo extrauterino y como causa de esterilidad femenina.