Los condilomas acuminados, también llamados verrugas genitales, son neoformaciones exofíticas, generalmente múltiples, de color rosado o blanco-grisáceo, en cuya superficie se aprecian proyecciones filiformes o papilomatosas. Habitualmente, se localizan en la región genital y anal. Suelen ser asintomáticos, aunque a veces cursan con dolor o prurito.
Su tamaño es muy variable. Generalmente crecen rápidamente hasta llegar a adquirir dimensiones considerables y el típico "aspecto de coliflor", aunque en ocasiones el tamaño de la lesión se estabiliza o decrece hasta desaparecer por completo.
La transmisión por contacto sexual es la más común, aunque en ocasiones se puede producir de otro modo, como en el caso de los recién nacidos (contacto durante el parto de una madre infectada). Su presencia en niños puede estar en relación con abusos a menores, pero puede tratarse simplemente de contagio de verrugas de las manos.
El período de incubación de la enfermedad (período que transcurre desde que se tiene contacto con agente infeccioso y la aparición de los primeros síntomas) es de aproximadamente entre 6 semanas y 8 meses. El virus puede permanecer en un estado de latencia o lo que se llama "infección estable" de hasta 25 años; es decir, algunos virus pueden permanecer "dormidos" en la persona infectada y ésta no presenta rastros ni síntomas de la infección y posteriormente se pueden activar y formar las lesiones visibles al examen médico o que se detectan a través de los resultados de las pruebas antes mencionadas.
Los condilomas están causados por el papiloma virus humano (VPH). Los tipos de VPH más frecuentemente responsables son los tipos 6 y 11 del VPH, los cuales se asocian con lesiones benignas. Los tipos 16, 18, 31, y 33 se asocian con el desarrollo de carcinoma de cérvix. Se han detectado en la actualidad más de 130 subtipos de VPH. Algunos de estos subtipos VPH poseen potencial oncogénico (pueden llegar a provocar cáncer).
El diagnóstico de los condilomas acuminados es clínico. Sólo se requiere la confirmación histológica (biopsia) en determinadas situaciones: existencia de duda diagnóstica, lesiones que no responden al tratamiento habitual, lesiones que empeoran durante el tratamiento, pacientes con compromiso inmunitario, lesiones pigmentadas, induradas, fijas o ulceradas en su superficie.
Es necesario diferenciar los condilomas de:
El objetivo primordial del tratamiento es eliminar las lesiones papilomatosas. Los tratamientos que existen en la actualidad pueden reducir, pero probablemente no puedan impedir la infectividad ni reducir el riesgo de contagio posterior.
No existe un antivírico específico para el tratamiento de estas lesiones. Todas las modalidades terapéuticas van a ir destinadas a destruir las células infectadas por el virus o a estimular el sistema inmunológico para que sean eliminados por el propio individuo.
Existen diferentes opciones terapéuticas. Actualmente no existen pruebas que demuestren que alguna de ellas es superior a las demás, por lo que su elección dependerá de la morfología, del número y localización de las lesiones, de las preferencias del paciente, del coste del tratamiento y de los posibles efectos adversos.
El Imiquimod al 5% en crema es un agente inmunoestimulante que también puede ser aplicado por el propio paciente. Lo aplicará una vez al día antes de acostarse, tres veces a la semana durante 16 semanas. Después de 6 - 10 horas de su aplicación debe lavarse la región con abundante agua y jabón. La seguridad del Imiquimod durante el embarazo no ha sido establecida. Las reacciones inflamatorias locales son comunes aunque suelen ser leves o moderadas.
Aunque la presencia de condilomas en uno de los miembros de la pareja prácticamente es diagnóstico de infección en el compañero, el tratamiento en la pareja no es necesario en ausencia de condilomas. Sin embargo, está indicado examinarles para descartar la presencia de lesiones.
Tras diagnosticar lesiones condilomatosas en un miembro de la pareja hay que descartar la presencia de otras enfermedades de transmisión sexual en las dos personas. También se deben explicar las recomendaciones generales y los medios de protección para las relaciones sexuales a fin de evitar el contagio.
Para evitar que las verrugas se extiendan a otras partes del cuerpo o a otras personas:
- Evitar el rascado
- Evitar los contactos sexuales sin protección hasta que las verrugas se curen por completo
- Usar condones durante el acto sexual
Debe tenerse en cuenta que la curación de las verrugas genitales no siempre es fácil, y muchas veces no es posible eliminarlas completamente.